Dos mujeres
Marissa Rivera. Una tiene el respaldo incondicional del presidente de la República. La otra es el último resquicio de un grupo que por décadas mantuvo
Marissa Rivera. Una tiene el respaldo incondicional del presidente de la República. La otra es el último resquicio de un grupo que por décadas mantuvo
Marissa Rivera.La imagen es perturbadora.Al fondo, tras las rejas, las llamas se avivan.Tres guardias caminan en un espacio de aproximadamente 12 metros cuadrados.Frente a ellos,
Marissa Rivera.Previo a las elecciones de 2018, muchos anhelábamos un cambio.Pero jamás dimensionamos cómo sería ese cambio.Quizá, era inimaginable pensar que sería más de lo
Marissa Rivera.El problema no es cuánto le cuesta al país el funcionamiento del INE. No, ese no es el problema.Si ese fuera el problema, fácilmente
Marissa Rivera.Asiduo a quejarse del pasado para ignorar el presente, el presidente ha evadido temas que como opositor hubieran sido oro molido para él.Pero no.
Marissa Rivera. La pasión por imponer su voluntad, ignorar las reglas y pisotear la ley, ha provocado una vorágine.Provocador como suele ser, ha generado un
Marissa Rivera.A un ciudadano se le acusó de conducir con exceso de velocidad.El juez le preguntó si era culpable o inocente. El conductor aceptó la
Marissa Rivera.Entre berrinches, acusaciones, desaires e incertidumbre arrancó el proceso electoral en Coahuila y el Estado de México para renovar las gubernaturas.Lo que está muy
Marissa Rivera.La sonrisa se le desdibujó cuando en lugar de reconocer la trayectoria y los méritos, de la ministra Norma Lucía Piña Hernández para ser
Marissa Rivera.A diez días de terminar el año, las cosas no pintan bien para los mexicanos.Concluimos un año más con noticias nada halagüeñas.No se necesita
Tipo de cambio USD: mié, 17 Abr.