Paliza al engendro político de Chávez

Rubén Cortés.

Una paliza electoral histórica en las intermedias provocó la renuncia a la política de partido y a la política institucional de uno de los populistas más oscuros y contrarios a la democracia, creado por los petrodólares de Chávez: el comunista español Pablo Iglesias.

“Hemos fracasado”, admitió el martes Iglesias, quien entró pasado de los 30 años a la política de partidos, financiado por Hugo Chávez con pagos multimillonarios documentados a la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, de la cual Iglesias es fundador.

Con el dinero chavista (7.1 millones de dólares por un lado, medio millón por otro…) Iglesias y amigos suyos fundaron Podemos, que después cambió de nombre a Unidos Podemos y más tarde a Unidas Podemos.

Típico extremista de izquierda, Iglesias practica la hipocresía a niveles insultantes. Por ejemplo, ganó millones de seguidores con campañas como “Por una vivienda digna” y “Ley de la patada en la puerta”, dirigidas a que los menos favorecidos obtuvieran casas.

Pero lo primero que hizo fue comprarse él mismo una residencia lujosa de 700 mil dólares: una extensión de 260 metros cuadrados habitables, incluida casa de invitados y dos kilómetros de jardín y alberca, más de un Audi de 100 mil euros en la cochera.

Eso, mientras impulsaba una ley para lograr que en España puedan ser ocupados, por gente necesitada, los inmuebles cuyos dueños no los ocupen o renten. Desde su chalet, Iglesias entusiasmaba a los sin casa a “dar una patada en las puertas”.

A su vez, su financiador Nicolás Maduro creó un censo para ir tras cuatro millones de viviendas de venezolanos que no las están ocupando, porque se han ido del país en espera de que mejoren algún día las actuales crisis económica y de seguridad.

Algo similar a la iniciativa de ley de Morena, aquí en la Cámara de Diputados, para que el gobierno pueda revisar el patrimonio de los mexicanos y tener acceso a su información financiera con el fin de medir la “concentración de riqueza del país”.

Parece que la izquierda populista tiene fascinación por las casas, porque en España Pablo Iglesias se compra una de 700 mil dólares y aquí Bartlett tiene 23 casas, y el matrimonio Irma Eréndira y John Ackerman tiene cinco casas y un terreno.

Al anunciar su abandono de la política, Pablo Iglesias citó unos versos de “El Necio”, una canción de Silvio Rodríguez, que también son versos favoritos del actual presidente mexicano, según afirmó al invitar al cantautor comunista cubano a su toma de posesión:

“Yo no sé lo que es el destino. Caminando fui lo que fui”.

Pues sí, parafraseando a Carlos Marx y su fantasma que recorría Europa:

Populistas de todos los países, uníos.

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