Línea 12: la Virgen del McDonald´s

Por. Ah-Muán Iruegas

Cuando llega usted a la “zona cero”, comienza a ver los vestigios de la desgracia de la Línea 12 del Metro capitalino. Lo primero: el puente caído (se dice “trabe”), al que ya le sustrajeron los vagones rotos, como a un tren de juguete gigante.

Rodeando una columna de concreto, aun en pie, está un modesto círculo de cruces de flores, “por los caídos”.

Minibuses y macrobuses tocan sus bocinas sin parar, frente al lugar de los hechos. “Llevan prisa” por llegar a mil lugares, destacando uno que se llama “La Turba”. Se trata de una calle ondulante, por donde transitan muchos de los habitantes de esa zona de nombre bíblico: Los Olivos.

Varios transeúntes parecen acongojarse momentáneamente, mientras cruzan por el lugar del percance. Deben hacerlo con rapidez, pues el tránsito en ambos sentidos, no se detiene.

Luego, aparece ante nuestros ojos, la principal ofrenda fúnebre del lugar. Se trata de un altar mortuorio en la entrada de… una sucursal de McDonald’s (!).

No es precisamente el cementerio de Arlington. No hay mármoles ni elegías. En vez de ello, hay dos cartulinas de un cegador verde fosforescente, con mensajes de duelo. Algunas palabras de despedida, son aún visibles en hojas de libreta escolar. Las palabras se aprecian apenas, pues las ha borrado ya la lluvia.

Las infaltables flores de la ofrenda, han sido pisadas mil veces, debido a que el altar quedó en el paso, entre la entrada y el estacionamiento.

Las velas se han apagado en el modesto altar. Doce o quince vasos de vidrio tintineante, con pabilos de antiguas veladoras, son testigos del paso incesante de los peatones, de los caminantes a lo largo de la Avenida Tláhuac.

El gobierno no permitió que se colocara nada en la zona que “están investigando”. Una ingeniera malhumorada, le impide a usted el paso a la zona del puente.

Pero las autoridades que “investigan”, son las mismas que son investigadas. De manera que si “alguien” desaparece las pruebas que incriminan a algún miembro de la 4T, ese alguien no puede ser nadie más que… la Virgen del McDonald’s.

Virgen maldita que desaparece las pruebas del homicidio culposo y de la negligencia criminal de Claudia Sheinbaum y su pequeña corte de encubridores y/o asesinos.

La muerte de los pobres, debe ser olvidada. Preferentemente, antes del día de los próximos comicios.

La 4T no quiere saber de los muertos del Metro Los Olivos. Los muertos ensucian el panorama electoral del oficialismo obradorista.

Por eso ningunea la 4T a esos muertos, a esos pobres a quienes no voltean a ver ni siquiera quienes otrora decían: ¡Primero los pobres!

En el sitio, el gobierno no puso ni una rama de laurel, ni de olivo. Apuesto a que no habrá ceremonia en el lugar, ni placa mortuoria.

Se trata de borrarlos de la memoria. No se puede en esta ocasión lucrar con los pobres. Por ello mismo, la oposición debe mantener el tema en el debate público, e impedir que el tema sea enterrado, junto con los fallecidos.

En cambio, como salida de la revolución francesa, la empresa McDonald’s resultó ser “el amigo del pueblo”.

La conocida empresa de alimentos chatarra, imperialista, colonialista y supuestamente explotadora y artera, sí permitió que los deudos depositaran su pequeña ofrenda.

McDonald’s será explotadora, colonialista y “chatarra”. Pero hizo más que la 4T por honrar la memoria de los difuntos.

 

 

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