Carlos J. Pérez García.
Mañana domingo es un día muy importante, tras el cual espero que quienes no queden satisfechos al menos traten de comprender qué pudo haber pasado y les sirva para lo que viene. Recordemos que algo pierden los que ganan, e igual ganan los que pierden, a la vez que nada de ello es para siempre.
No es cosa de desaparecer a nadie: ni a Morena (como dicen), ni a la oposición. Creo que, si nos desatontamos, todos podemos caber en México. Bien, veamos estos puntos.
Uno. La situación actual y las tendencias del país no son nada alentadoras para el gobierno federal o los ciudadanos que, ya sea en la oposición o en apoyo a la llamada 4T, anhelan cambios positivos aún ausentes o precarios y sin resultados (ante la corrupción, impunidad, pobreza, inseguridad). Así, esta semana decisiva, mucho se ve confirmado por las encuestas más sólidas: Ha bajado la popularidad personal del presidente, pero todavía es alta (¿amor ciego?) aun con su gobierno tan deficiente en casi todo, a la vez que se dibuja una división entre el norte (17 entidades) y el centro-sur (15) más morenista.
En el caso de la Cámara de Diputados se anticipa una mayoría simple (la mitad más uno) para el presidente, sin una mayoría calificada (dos tercios para cambios constitucionales). A nivel local las alcaldías o gubernaturas se sienten más cercanas, y no veo que deban introducir un “proyecto nacional” en sus ámbitos. Tampoco va a funcionar.
Dos. En las elecciones intermedias (2009, 2015, 2021) la participación de los votantes suele ser menor, pero la de 1997 resultó determinante para nuestros avances democráticos con alternancias (2000, 2012, 2018) y gobiernos divididos (entre el Ejecutivo y el Legislativo), lo cual ha sido minimizado por el actual presidente. Si bien ahora se incluyen más gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales que aumentan el interés, hay estados en los que las encuestas prevén un elevado abstencionismo, que se asocia a la desilusión con la política pero sólo empeora las cosas.
Esperemos que esto último no se confirme, ya que una nutrida participación es fundamental para consolidar la democracia, defender al INE que nos hemos dado y legitimar a quienes resulten ganadores. En suma, amable lector, lectora, ¡no dejes de votar! Tú y todos los que puedas cuchilear, incluso dando aventones a algunos (como acarreo, pero sin ningún compromiso: que en la urna hagan lo que gusten).
Si sentimos temor por la inseguridad, nos dicen que no es para quedarse en casa… sin refrendar nuestra confianza con votos masivos. A su vez, si tenemos miedo a un contagio de Covid, recurramos al cubrebocas y a todas las precauciones.
Tres. Hay que pensarle al voto, pero acaso eso sea mucho pedir y baste con cierta intuición o corazonada. Este escribano ya tiene una idea de por dónde… y ustedes háganle como quieran. Si a alguien pude influir antes, qué bueno.
La prensa internacional nos confirma que ahora México afronta sobrados mitos, que algunos de los “conservadores” podemos ser más liberales y progresistas que quien descalifica con etiquetas, que hoy los pobres no son primero en lo esencial, que la pandemia fue catastrófica y la vacunación se politizó, ya sea que esto les importe o no a los votantes. Tampoco se ve bien el futuro con una oposición tan debilitada y confundida, que al menos ha logrado unirse.
Y, ojo, al repelerlos en el país, el mismo gobierno ha generado contrapesos en el exterior: medios, organismos o el gobierno de Estados Unidos.
En fin, muchos queremos reconstruir un país en el que ya no haya chairos ni fifís, que volvamos a ser sólo mexicanos con nuestras diferencias básicas… no clasistas ni ideológicas, sino regionales o económicas y sociales que jamás van a desaparecer, pero que con educación se podrán atenuar y superar en buena medida. Que todos avancemos, pues, hacia mejores condiciones, no hacia una igualdad artificial entre mayor pobreza.
Tendremos que sobreponernos a la desunión y polarización que ha generado aquí el liderazgo político. Miren, el odio y la mentira nunca nos van a llevar a algo mejor en México o ante el mundo.
* EN CADA LUGAR ALGUNOS candidatos son reconocidos por los votantes… Incluso les notan sus simpatías y fortalezas, o sus fallas y antipatías. Y, claro, que al votar sea para bien.
Entre tanta rabia, el lunes 7 espero buenas noticias (para México, no porque sea mi cumpleaños).
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@cpgarcieral
