Carlos J. Pérez García.
Para el caudillo fue un tiempo de ‘neoliberalismo’ y corrupción que debía terminar con una transformación de la sociedad, pero ni la Economía liberal ni la impune corrupción ceden ante sus frases e inquietudes personales. De hecho, ojo, hoy casi todo tiende a desmejorar antes de que pudiera mejorar. Veamos.
a) La elección denotó claroscuros para unos y otros, aunque no trajo la gran revalidación que significase un respaldo nacional a la llamada 4T, tal como lo anhelaba el presidente. Algo que quedó fuera en mi resumen hace una semana: en comparación con los 30.1 millones de votos que obtuvo AMLO en 2018 la coalición de su partido alcanzó ahora 16.8 millones a nivel federal, una caída de 13.3 millones (pasó de 2% de un total de 56.6 millones de votos, a 34.1% de 49.2 millones… una pérdida de 19 puntos porcentuales).
En la Cámara de Diputados, la perspectiva es de una búsqueda de mayorías y consensos que cada día van a encontrar un mayor escepticismo, así como más riesgos de acuerdos turbios o decisiones contraproducentes. Tras una elección en la que surgieron irregularidades e intromisiones de la delincuencia organizada (sobre todo, para gubernaturas, en las que aún falta), la política no nos ofrece hoy buenas expectativas.
b) Entre tantas declaraciones tan absurdas y extrañas, de manera especial la de “que la pandemia le cae como anillo al dedo”, sorprendió que una las pudiera superar en cuanto a sus aberraciones: la relativa a la clase media en México. Aunque ante la dura reacción el mandatario trató de explicarla y refrendarla, los rechazos y las burlas no han dejado de incrementarse y generalizarse.
Estas barbaridades ni siquiera se pueden entender como un distractor de lo que pasó en las elecciones o los peritajes del Metro de la ciudad de México, ya que son realmente insultantes y tienden a causar un grave daño a los jóvenes y los más pobres en sus aspiraciones de mejora. Las incongruencias aquí son apabullantes y sugieren ver el trasfondo hasta sin determinada lógica.
A lo largo de años, con denominaciones de pirruris, fifís o clasemedieros muchos mexicanos han sido malmirados y repudiados por el actual presidente, lo que confirma añejos odios y resentimientos muy negativos para la sociedad, ya no sólo en términos de división y polarización social sino de posibilidades esenciales de desarrollo económico. Y, por su parte, eso de llamarle ‘naco’ a AMLO lo victimiza o justifica ante sus seguidores (dándole un carácter racista a un problema de educación), de tal manera que sería preferible intentar convencerlo de que sí hay que “enseñar a pescar” a millones de ciudadanos, en vez de regalarles pescado.
c) Está claro que en México la corrupción no ha disminuido, e incluso presenta aumentos y perspectivas de empeoramiento. El último reporte anual del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción 2021 nos indica que el país cayó tres lugares y ocupa ahora el 11 de 15 naciones latinoamericanas con respecto al año anterior. Este análisis es realizado en forma anual por la organización internacional AS/CA y, a diferencia de otros, no mide la percepción sino 14 variables relativas a la eficacia con que los gobiernos enfrentan el fenómeno.
Así, en lo que considera su mayor prioridad, el gobierno está fracasando abiertamente. Hemos subrayado que contra la corrupción se necesita un sistema muy sólido y complejo que ataque ángulos muy diversos a lo largo del tiempo, no una retórica que se desgasta en sus límites y excepciones.
Esto merma la credibilidad de cualquier gobierno y afecta sus liderazgos por más que un caudillo nacional diga que ya acabó con la corrupción… ¡y la impunidad! Ningún logro real en salud, educación, seguridad o economía ha podido sustituir la fe ciega de quienes aún tienen ciertos intereses o vacíos educativos.
En fin, el ruido se ha vuelto insoportable, en especial para los que no están habituados. Las disputas, los griteríos, los escándalos, los chismes o golpeteos se registran en los medios y las redes sociales, o en las discusiones de bares y hogares. Miren, es así como todo distrae de todo y no hay avances significativos al multiplicarse los fracasos en un sinnúmero de áreas y grupos políticos.
* RAMÓN LÓPEZ VELARDE CUMPLE hoy cien años de muerto. Lo evoco como amigo en San Luis de mi abuelo Cayetano García, también joven maderista.
@cpgarcieral
