Francisco Garfias.
Hay que reconocer que el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, los tiene bien puestos. Sabe a lo que se expone cuando denuncia el apoyo del narco a Morena en las pasadas elecciones.
No sólo es la reacción que pudiera tener el crimen organizado. Sabemos cómo se las gasta. Está también la parte política del delicado tema.
“Me van a empezar a perseguir, ya lo verás. Es la forma como se opera ahora cuando alguien se atreve a alzar la voz”, pronosticó el gobernador, en rueda de prensa celebrada en Michoacán.
Dijo más: “empiezan las persecuciones de carácter político, el uso de las instituciones del estado para intentar callar voces discordantes”.
La postura de Aureoles no ha sido respaldada por ningún otro gobernador de la Alianza Federalista. Saben que en temas tan escabrosos, calladitos se ven más bonitos.
El michoacano está sólo, aislado, pero echado para adelante. Una reportera lo hizo notar con una explosiva pregunta:
–¿ Porqué sólo tú tuviste los huevos para hacer este tipo de señalamientos sobre los inesperados triunfos (de Morena) en el corredor del pacífico? ¿Qué pasa con los gobernadores de la Alianza Federalista?
Silvano: “no todos nos atrevemos a decir las cosas. Sus razones deben de tener. No lo hacen. Ayer me envió un mensaje un paisano… Me dijo: ‘ojala otros gobernadores también lo hicieran´.
“Le enviamos mi postura al gobernador de Guerrero o al gobernador de Sinaloa, al propio aspirante allá, para que fijaran una postura. Me dijeron no…
“Mis respetos a sus decisiones, pero esta lucha hay que darla con valentía”, remató.
Aureoles hizo allí mismo un anuncio temerario. Llevará la denuncia a Estados Unidos donde, dijo, deben tener prendidos los focos rojos.
“Ya estamos contactando personas cercanas al presidente Biden”, aseguró.
Por cierto que sus declaraciones –la víspera– a Ciro Gómez Leyva, fueron tema en la mañanera de ayer. Le preguntaron al presidente sobre los señalamientos a morena de ser un narcopartido.
“No tenemos información y lo más importante es que se presenten pruebas, porque sino son noticias sensacionalistas”, respondió.
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En San Luis Potosí hay ciudadanos que están alarmados por el triunfo del controvertido Ricardo “El Pollo” Gallardo.
Y es que el gobernador electo tiene abiertas varias carpetas de investigación en la UIF y la FGR por diversos delitos. Nadie sabe porqué están congeladas.
Unas son por millonarios desvíos de recursos cuando fue alcalde de Soledad, municipio conurbado de la capital; otras por ocultar operaciones de compra-venta de propiedades.
Gallardo tiene antecedentes penales. Pasó once meses en la cárcel por delincuencia organizada y lavado de dinero. El juez lo exoneró.
Potosinos agrupados en el “Frente Ciudadano Anticorrupción” enviaron una carta al presidente López Obrador en la que expresan esa alarma:
“San Luis Potosí hoy está a un paso de ser gobernado por un personaje cuyos delitos no han sido sancionados, a pesar de que continua con sus actos de corrupción, amparado en congraciarse con la Cuarta Transformación por su posición en la Cámara de Diputados.
“Gallardo Cardona escogió como aliado para sus chantajes al Partido Verde Ecologista de México, cuyo historial usted bien conoce. Diría usted: Dios los hace y ellos se juntan”.
Le piden a AMLO reactivar las carpetas de investigación congeladas, pero también evitar reconocimientos tácitos o implícitos que tengan la apariencia de que apoya a Gallardo.
Firman más de 100 potosinos. El responsable de la publicación es Manuel Nava Calvillo, hijo del célebre Doctor Nava.
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La nota política fue la ”renuncia” de Gabriel García, otrora poderoso encargado de los programas de bienestar del gobierno federal, para reintegrarse al Senado de la República, según sus propias palabras.
Explicó que su suplente en la Cámara alta, José Alejandro Peña, va a ocupar un cargo en Morena y que por eso deja el supercargo. Ni los morenistas le creyeron.
Su salida es interpretada por morenistas como consecuencia de los malos resultados electorales en la CDMX y el Valle de México. Esos resultados ya habían provocado, días atrás, la destitución de la superdelegada en la CDMX, Cristina Cruz.
FIN.
