Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

Vaya días que hemos vivido en torno al Caso YosStop. Me refiero, por supuesto, a Yoseline Hoffman o Yoseline “H”, la famosa youtuber que se encuentra en prisión preventiva (en Santa Martha Acatitla, Ciudad de México) por la presunta comisión del delito de pornografía infantil en agravio de la joven Ainara Suárez. ¡Todo un caso!

De inmediato nos salta la intervención de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para que la señora madre de Yoseline sea recibida por la Fiscal capitalina, Ernestina Godoy. Buena parte de la sociedad está molesta por este “amable gesto” por parte de la Jefa de Gobierno, sobre todo después de su desdén hacia las víctimas del derrumbe de un tramo de la Línea 12 del Metro… ¿Influyentismo?… ¿Clasismo?

¡Ah, esos gobernantes igualitaristas de la Cuarta “Transtornación” Mental, que dispensan tratos diferenciados a los gobernados!

También debemos resaltar el hecho de que todo este enredo mediático y jurídico guarda relación directísima con la violencia que las mujeres ejercen hacia las propias mujeres. Ustedes saben muy bien, mis amigos, que parte de mi crítica a la mitología feminista radica en la constatación de un hecho: las feministas son “tuertas ideológicas” por naturaleza, porque su mirada no ve la violencia que las mujeres ejercen hacia las propias mujeres y, cuando bajo presión se ven obligadas a reconocer este fenómeno, de inmediato incurren en la falacia del auténtico escocés: se trata de mujeres “sin conciencia de género”, de mujeres “patriarcalizadas”, de mujeres con “machismo introyectado” y bla bla bla.

Las feministas ven de la realidad sólo lo que les conviene; sólo ven lo que se ajusta a sus dogmas, a sus prejuicios, a sus caprichos. Se tapan un ojo para ver la realidad. Por ello suelen incurrir constantemente en el aberrante sesgo de confirmación.

Y no puede ser de otro modo: ya sabemos que las feministas tienen una pésima formación académica y muy mala fe. Mínimo tendrían que regresar a la preparatoria para repasar Lógica y Metodología de la Investigación Científica.

Las falacias y los sesgos cognitivos son inherentes al feminismo. De otro modo no podrían sostenerse sus ficciones, entre ellas la de la “sororidad”: la hermandad de las mujeres “con conciencia de género”. Las feministas reproducen, en otro campo, el mismo error que cometieron los marxistas cuando éstos hablaron la hermandad de los obreros “con conciencia de clase”. Vaya, se trata del mismo guion mediocre, sólo que donde antes decía “clase social” ahora dice “género”; y donde antes decía “proletariado” ahora dice “feministas”.

Pero el mundo real, el mundo de todos los días, nos da cuenta de la cruda verdad, ésa que pronunció genialmente Thomas Hobbes en el siglo XVII: de inicio, la sociedad es una guerra de todos contra todos por todos los motivos; y sólo los pactos de mutua conveniencia menguan nuestra brutalidad original para dar origen a eso que llamamos “civilización”.

¡Cuánta violencia de mujeres hacia mujeres hay en torno al Caso YosStop! Primero, Ainara Suárez en pleito con otra chica; luego, Yoseline Hoffman haciendo ácido escarnio de este pleito y narrando, además, la supuesta violación sexual de la que fue objeto Ainara en una fiesta de adolescentes; y, finalmente, la tremenda cantidad de comentarios cargados de encono en las redes sociales, al más viejo estilo de las luchas campales en la Arena Coliseo, con una amplia participación de féminas adolescentes y jóvenes.

Y lo más patético de esto es que buena parte de las féminas participantes en esa lucha campal… ¡se colgó de la monserga verbal e ideológica del feminismo! ¿Así o más patético? Y pensar que hasta hay universidades públicas y privadas que propagan la funesta mitología feminista. ¡Qué mal está el mundo, qué mal!

Para finalizar, y con base en la información que ha trascendido a la opinión pública, debo decir que a mí me parece que sí se configura el delito de pornografía infantil por parte de Yoseline “H”, en términos del artículo 187 del Código Penal para el Distrito Federal.

Pero coincido con Claudia Sheinbaum: nuestras leyes establecen soluciones alternas para que Yoseline “H” no sea condenada a prisión por un mínimo de siete años. Por tratarse de un delito que se persigue por querella, se puede optar por un acuerdo reparatorio, con base en los artículos 186-190 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Por supuesto que esto supondrá, al menos, una compensación económica y una disculpa pública.

Esperemos que la feminista Ernestina Godoy, Fiscal capitalina, logre mediar eficazmente entre las dos mujeres involucradas en este asunto de mucha violencia entre mujeres.

Y, ojalá, la sociedad mexicana entera deje de alimentar a la grotesca y perniciosa mitología feminista. Con ésta hasta las mujeres salen perdiendo.

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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

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