Raúl Flores Martínez.
La constante inseguridad que se está expandiendo en el país, no le está dando espacio a los ciudadanos que se ven atacados por los sicarios de las organizaciones criminales o por los delincuentes de poca monta que lo mismo se roban el monedero de la señora que va al mercado que a los pasajeros del transporte público.
Recordando las palabras del abogado Javier Coello Trejo, autor del libro “El Fiscal de Hierro”, se me viene a la mente la frase que pronunció durante la presentación de su libro, “los delincuentes necesitan balazos y no abrazos, una frase que a mi parecer debe de ser aplicada en su totalidad, claro, aplicando a la letra la ley.
“México está atravesando una situación terriblemente difícil, una corrupción galopante que me perdonen, una impunidad nunca vista, una inseguridad terrible, simplemente ayer Michoacán, balacearon una fiesta donde bien niños, ahhhhh. Qué necesitan esos señores, balazos, ley, autoridad, fuerza no abrazos”.
Para muchos, el apellido Coello Trejo no les dice nada; sin embargo, en 1977, fue designado fiscal especial para el combate a la corrupción. Bajo el mando del procurador Óscar Flores Sánchez investigó a tres mil funcionarios, exfuncionarios, empresarios y empleados del sector privado, de los cuales encarceló a mil 200. Con ese récord y su fama de inflexible, se ganó el mote de “El Fiscal de Hierro”.
Para estos tiempos que se viven, el recordar la historia tiene dos vertientes, una la de querer borrar el pasado neoliberal y el segundo, ensalzar a los viejos políticos, cómo el Presidente Benito Juárez, también debemos dar crédito a algunos funcionarios, como este abogado que sería una buena opción para bajarle el ritmo al crimen organizado que día con día, le va ganando el terreno a las autoridades.
No soy participe de la violencia; más bien de la aplicación de la ley a la letra, cómo han sido concebidas por los legisladores que se han desgastado en levantar el dedo, mientras su asesores se queman el cerebro investigando, proponiendo las leyes que han quedado en los códigos penales, esas leyes que ahora muchos se la pasan por el arco del triunfo, si esas leyes se aplicaran, ya no se tendrían las cifras altas de violencia, asaltos, homicidio, ejecuciones, incluso monumentos dañados por las y los famosos encapuchados que hacen sus desmanes sobre avenida Reforma y Centro Histórico en la ciudad de México.
¿Los delincuentes necesitan balazos, no abrazos?
Una frase que se vuelve pregunta, que muchos en la actualidad la contestarán con alegría, sobre todo aquellos que han sido víctimas de los delincuentes, una respuesta que debería ser grabada en las mentes de todos aquellos que crean las estrategias de seguridad, balazos, aplicación de la ley, lo que sea para frenar la oleada de violencia que está tiñendo de rojo sangre las calles, comunidades y estados del país.
