Raúl Flores Martínez.
Ha pasado una semana del incendio a la discoteca Baby O de Acapulco, Guerrero, y hasta el momento no hay indicios de quiénes fueron los perpetradores de este incendio, las autoridades siguen en el dicho de que fue algo fortuito y un “accidente”; sin embargo, este solo es un caso de las decenas que han ocurrido en México desde el 2008 a la fecha.
Las extorsiones, cobro de piso y venganzas de los grupos delictivos, han convertido a bares, centros nocturnos, restaurantes, talleres mecánicos y negocios en general en el punto vulnerable de quienes no acceden a pagar las cuotas requeridas.
No es un secreto que los bares y discotecas, se han convertido en el punto perfecto para atacar a la población civil en distintos hechos que han sido considerados los eventos más violentos que han conmovido a todo México.
De los primeros casos, de un incendio que ha provocado la muerte de personas, es el de la Discoteca Lobohombo provocó la muerte de 22 personas y 40 lesionados a causa del bloqueo de las salidas de emergencias que impedían a las personas salir del lugar.
Ocho años después, durante un mal operativo instrumentado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, ocasionó la muerte de 12 asistentes del bar News Divine.
Otro de los casos que llamó la atención de la sociedad, fue el incendio del Casino Royale, en Monterrey, Nuevo León, donde 52 personas perdieron la vida. Este ataque fue perpetrado por sicarios de Los Zetas encabezados por el sicario Francisco Medina Mejía alias “El Comandante Quemado”.
En la ciudad de México, el 26 de mayo de 2013, se tuvo la desaparición de 13 jóvenes que fueron asesinados por un ajuste de cuentas de grupos delictivos en el interior del Bar Heaven ubicado en la zona rosa. Meses después los restos de estas víctimas fueron hallados en una fosa clandestina en Tlalmanalco, Estado de México.
El crimen organizado encontró en los negocios una forma de obtener recursos sin esfuerzo, con el llamado cobro de piso.
De acuerdo con las investigaciones que realiza la Fiscalía General de la República del periodo de 2008 al 2015, se tiene el registro de 230 incendios a comercios en 23 estados del país en los que estuvo implicada la delincuencia organizada.
Entre los negocios afectados, están gimnasios, papelerías, talleres mecánicos, cafeterías, mercados, tortillerías y bares.
Las investigaciones de las autoridades Federales, señalan que cada año en México, se registran 30 ataques del crimen organizado contra comercios establecidos por no pagar el denominado derecho de piso o extorsión.
