Oposición sin opositores (VI)

Jorge Miguel Ramírez Pérez.

Las personas quieren que alguien los represente realmente, alguien que comparta sus puntos de vista del gobierno y de la política, alguien que entienda y que use bien las herramientas de la administración pública.

Los ciudadanos quieren conocer enfoques diferenciados sobre un mismo problema, porque si todos traen una sola respuesta o plantean métodos semejantes incluso con objetivos similares, se ocasiona una marginación creciente para los que piensan distinto o para aquéllos que tienen una opinión diferente de como priorizar los intereses de la población.

Y ese es el reto. Y allí está el vacío. Por ahora tal parece que no hay opciones serias para el 2024

En la encuesta reciente de “México Elige” no se trasluce gente de peso para enfrentar al séquito de Obrador, a los que compartan sus mismas fobias.

Lo que hay básicamente es un cajón de cartuchos quemados. Es decir, personajes que, por su andar errático, representan dos grados de dificultad adicional: hay que impulsarlos para que sean aceptados en condiciones de desventaja con los candidatos que patrocina el gobierno y, además, tener enormes recursos políticos para su defensa. Lavarles las manchas de imagen o las reales, porque no se les puede cortar la cola.

Según la citada encuestadora que goza de aceptación en los medios con gran capacidad de difusión comercial, parten de los favoritos de Morena, los ya conocidos Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, el primero le lleva una notable ventaja en los números y también, en experiencia administrativa.

Ebrad estuvo cobijado por años en todos los cargos importantes que tuvo por Manuel Camacho Solís, el que fuera uno de los vicepresidentes de facto de Carlos Salinas. Actualmente Ebrad tiene su propio grupo, sus propios intereses y es un social demócrata de la línea “progres” inclinado a liderar a los latinoamericanos, según esto y a darles poder a los fantasiosos de la ideología que impulsa el sexismo extravagante como si fuera un valor político; al igual que Camacho, es simpatizante de las teorías de la teología de la liberación, sin profesar ninguna fe.

Los de México Elige lo ven como un favorito invencible. Los dados los tienen cargados. Les falta el dato principal, la decisión del líder.

La señora Sheinbaum es de la misma filiación que Ebrard, pero se ve silvestre. Inexplicablemente su proyecto es continuidad en erogar en casas de citas o de encuentros fortuitos de convivencia, para gente cuyo único fin es la práctica ilimitada de sexo con quien se les ocurra; pero a cargo del gobierno.

En el panorama opositor los encuestadores enlistaron a los desvencijados del PRI, les conceden únicamente un 5% de preferencias electorales, es como afirmar que en la elección que viene les van a quitar el registro. Señalan a dos mujeres; una, Beatriz Paredes es una obradorista ideológica, coincide en todo con él. Es adoradora del régimen cubano. Fue embajadora allí, donde se dio gusto a excesos. Simpatiza con Evo, Ortega y Maduro. Beatriz es folclórica, como Andrés, pero sin penacho. Pegada a la ubre del gobierno, indoctrinada en la filosofía del Tlacuache Garizurieta: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, repetidora en cargos plurinominales antes ganaba cuando el PRI era aplanadora. Es de la nomenklatura prísta, el club de cartuchos quemados, igual que Fidel Herrera y Nelson Murat. Son echeverristas de hueso colorado. Ahora tienen mucha lana, venían de la inopia.

La otra, Claudia Ruiz Massieu, de prosapia política, es obvio que procede de la corriente tecnócrata del PRI, no por ella sino por su tío, Carlos Salinas. Ni los estadounidenses le dieron entrada como canciller de Peña Nieto. Los despistados de Atlacomulco creían que Salinas era protegido por los vecinos del norte y que Claudia era un factor de cercanía, sin analizar que cuando Zedillo lo persiguió, se fue a Cuba y luego a Irlanda, a los entretelones de la Internacional negra.

En el PAN los de la encuesta presentan a dos antagonistas arriba, a Margarita Zavala y a Ricardo Anaya, en pocas palabras reciclan la división irreconciliable. Creo que Obrador está haciendo víctima a Anaya con el fin de que se piense en él, antes de que surja un espontáneo, que si pudiera vencer a los morenistas. Debajo de ellos ubican a la social demócrata: Lily Téllez y a un clavadista Rommel Pacheco, como si la experiencia de Ana Guevara y de Cuauhtémoc Blanco no fuera una muestra devastadora de improvisar políticos con deportistas.

La encuesta menciona al Movimiento Ciudadano, está Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo del malogrado candidato salinista; el joven es progres y está a favor de las políticas antivida, como diputado local demostró que las demandas de las mujeres que quieren embriones muertos, tienen acomodo en la persona del actual alcalde de Monterrey. Debajo de él está el gobernador Samuel García, el aprobado por Obrador…

La encuesta está muy interesante, no hay un solo opositor.

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