Jorge Miguel Ramírez Pérez.
En un esquema político debe ser predecible para los ciudadanos, la opción que va a votar cada partido para darle credibilidad al proceso y, sobre todo, porque así, con determinada tendencia, los diferentes partidos se ofertaron a la población. Sería absurdo que cada partido votara contra su esencia, contra sus principios y contra la voluntad de los electores que se fiaron en ser representados de esa manera y no otra.
Por eso la experiencia en diversas partes del mundo, nos confirma que cuando hay una votación inesperada, de parte de algún partido aliándose a sus enemigos se producen rupturas y caen los partidos que así proceden.
El ejemplo, se presenta en esta temporada legislativa con el PRI que se supone es adversario político de Morena, pero si llega a votar junto con ese partido argumentando que lo hace por conceptos imprecisos como “por México” o “por la Patria”, en temas que requieren poca abstracción y mucho de concreto, nos podemos percatar que un turbio acuerdo ya se ha llevado a cabo en la tenebra política, y sin explicaciones detalladas, lo que se ha producido exactamente es una traición, a lo que en este caso, a “México” como expresión de un segmento del electorado que ya había depositado su confianza en quienes se vendieron.
Y cuando se anuncia que una parte de la bancada del PRI ya dio su brazo a torcer con la “cuarta transformación”, es decir actuando como topos, de manera encubierta haciéndose pasar por opositores y no como son en verdad, paleros del gobierno. Su verdadera identidad.
Entonces algunos saben en vivo ya todo color que los discursos, no eran sino factores de distracción para que, a través de los hechos, los que si cuentan, no las palabras huecas, se consolide “el pensamiento único”, como vehículo totalitario.
¿Así o con mas detalle?
Y es que el acuerdo de Sí por México para la alianza Va por México, era de candidaturas comunes, con el único fin de frenar a Morena y a sus aliados. Y toda la tramoya era para impedir que se realizaran más contrarreformas. Pero una vez en las curules, los pecados del pasado, los expedientes abiertos, las auditorías insolventadas, cobran presencia y exponen con crudeza a los diputados que se cargan una larga cola y entonces todo se viene abajo.
Por eso exactamente, los opositores no tienen fuerza y resulta peor porque con tanta suciedad que cargan, para efectos prácticos hay que contarlos entre los votos a favor de sus contrarios y además como espías bajo el mismo precio: y únicamente para que se difiera el chantaje. Nada más. Porque el expediente, mejor dicho, los expedientes se los dejan abiertos en stand by. Su presencia en la oposición formal resulta triple de nociva.
Y por eso Morena feliz de que priístas y panistas conocidos sean candidatos, porque como digo, por la misma presión obtienen todo lo necesario. Y Obrador se burla de ellos, de los dirigentes de los partidos y de los votantes porque se ponen de pechito para que los reviente.
Y el magnate Claudio X González, y el dirigente empresarial Hoyos, ni modo que no se den cuenta de la trampa tendida. Y empiezan a calentar a los colilargos para lograr una candidatura común, creyendo en una lógica lineal que mientras más famosos son, más podrían representar un triunfo.
Y lo que olvidan son dos factores de la realidad. En primer lugar, esos “famosos” ganaron elecciones en el pasado porque controlaban en sus territorios a la servidumbre electoral, y ahora la servidumbre electoral está con Morena que es la que paga.
En segundo lugar, el juego de los espejos, las ópticas se distorsionan, porque los promotores no saben que los famosos que quisieran la candidatura única, no desean realmente postularse para ganar, sino que a partir de su postulación puedan negociar que no los carguen de toda o parte de las corrupciones evidentes. ¡Qué cosas tiene la vida!
O dígame amigo lector y querida amiga, si no es así.
Son en lo político muertes prematuras anunciadas.
Y empiezan a sonar nombres como Osorio Chong o Manlio Beltrones, Alejandro Murat, y otros con menos historial en los negocios al amparo del poder. Mal comienzo, “patos cojos”. Por eso nadie los ataca, Obrador quiere que se postulen, y se saca la lotería. Tiene como agarrarlos por muchos lados.
Por eso demostraciones de soberbia tampoco ayudan, como las amenazas de Claudio X, cuando habla de formar una lista negra para que ocurran represalias cuando se gane el poder, si es que la alianza en su segunda edición prospera.
De veras que nadie entiende a la democracia. Unos y otros, quieren venganza ranchera. La gente del ganso ve que se hunde México, pero están felices porque los que tienen un poco o mucho más que ellos, alcancen la ruina. Ahora los oligarcas quieren una Gestapo vernácula. Eso no es oposición bajo ningún concepto…
Y la prueba de que no hay opositores reales es que Vicente Fox y Felipe Calderón, siguen queriendo protagonizar ante el vacío. Se ven mal, porque ya estuvieron en su momento en el poder e hicieron lo que quisieron o pudieron, ya se les pasó su tiempo, punto. Pero, además, le hacen el juego al cirquero disputando el espacio de los merolicos. Por supuesto que eso no es oposición, es lavadero.
