¿Mujeres “víctimas” de Gutiérrez de la Torre?

Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

A fines del 2021, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex líder del PRI en la Ciudad de México, fue aprehendido y enviado al Reclusorio Oriente para enfrentar las acusaciones de trata de personas (en su modalidad de explotación sexual) y de asociación delictuosa.

Supuestamente, el ex líder priista contrataba mujeres jóvenes para que le proveyeran ciertos servicios sexuales, si bien formalmente estas sexoservidoras eran integradas a la nómina como “edecanes” y “asistentes administrativas”.

La maquinaria propagandística de la mitología feminista, encabezada por la mismísima Fiscal de la Ciudad de México, la feminista Ernestina Godoy, está haciendo su sucia labor al respecto: pretenden presentarnos este teatro como un capítulo más de la “justicia con perspectiva de género”, es decir, de la justicia al servicio de la putrefacción ideológica inherente a la mitología feminista.

Ya sabemos de qué trata eso de la “justicia con perspectiva de género”: se trata de poner en el centro de todo a la mujer como víctima universal y, desde allí, juzgarlo todo. Obvio, esta forma dogmática, sesgada e irracional de proceder exonera de toda responsabilidad moral, ética y penal a toda mujer, mientras vulnera los derechos más elementales de los varones.

Por eso la “justicia con perspectiva de género” es una auténtica porquería en términos lógicos y jurídicos: se trata de una “justicia” que de “justicia” no tiene más que el nombre.

Si nos atuviéramos a la lógica, a la racionalidad científica y al defectuoso contenido del artículo 188 BIS del Código Penal para el Distrito Federal, caeríamos en la cuenta, muy fácilmente, de que, de ser ciertos los hechos que se le imputan a Gutiérrez de la Torre, tanto éste como las sexoservidoras son responsables de usar recursos públicos de forma ilícita, porque los contribuyentes no pagamos impuestos para que se contraten servicios sexuales con recursos públicos.

Si pasó lo que dicen que pasó, las sexoservidoras de Gutiérrez de la Torre no son “víctimas”: son también delincuentes y deben resarcir el daño que le hicieron a la hacienda pública, al igual que debe hacerlo Gutiérrez de la Torre.

Obvio que la mitología feminista, fiel a su victimismo y a su irracionalismo, quiere presentarnos a las sexoservidoras de Gutiérrez de la Torre como “víctimas”, aduciendo que el ex líder priista se aprovechó de su “situación de vulnerabilidad” por ser madres solteras, madres abandonadas, bla bla bla.

Pero no, señoras feministas, no va por allí la cosa, evítense la reducción al absurdo: hay muchas madres solteras y abandonadas que no incurren en prácticas corruptas para ganarse la vida. No basta un estado de necesidad para ser corruptas.

Y fíjense qué curioso: las feministas se la pasan jode y jode con eso de que, en materia de prácticas sexuales, “sí” es “sí” y “no” es “no”; ¡ah, pero esto siempre se aplica a conveniencia!

El “sí” de las sexoservidoras de Gutiérrez de la Torre tendría, como consecuencia, una clara responsabilidad ética, moral y penal. Por ello, en este caso y otros similares, las feministas descalifican y desvalorizan ese “sí”, para que su teatro y su negocio no se caigan.

¿Ya vamos entendiendo la esencia del feminismo, mis amigos, o todavía no?

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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

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