Raúl Flores Martínez.
La guerra por Michoacán sigue en pie, sigue la mata dando en el municipio de Tepalcatepec, Michoacán, una zona que ya por más de una década se inició la batalla por la supremacía del crimen organizado.
En los últimos días los mexicanos hemos sido testigos del ataque directo de los sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación a los habitantes y a personal militar y de Guardia Nacional que se encontraba en un puesto de control de fuerzas federales.
Los ataques fueron nuevamente perpetrados con fusiles de asalto y drones cargados de explosivos c4, una táctica al estilo americano en sus ataques en la guerra del medio oriente.
La batalla entre el CJNG y el denominado Cártel de Tepalcatepec, conforma al concilio de Cárteles Unidos junto con los Viagras, Blancos de Troya, remanentes de Caballeros Templarios, así como otras células que operan en la llamada región de Tierra Caliente de Michoacán.
Esas facciones locales han prevalecido durante décadas en el estado, migrando de un grupo criminal a otro y fragmentándose en asociaciones regionales a medida que sus líderes fueron capturados o abatidos.
Algunos grupos, como los liderados por el Abuelo Farías, colaboraron en el pasado con el CJNG, pero rompimientos y supuestas traiciones internas desencadenaron una ola de violencia en municipios como Aguililla, Coalcomán, Buenavista y el actual cerco en Tepalcatepec.
Así la guerra intestina que se vive en esta entidad bajo la complacencia de las autoridades federales, que saben de la batalla que se vive entre estos cárteles que día a día están generando terror entre la población.
Algo que muy pocos saben, es que la guerra que libran los autodefensas y el Cártel Jalisco desde hace varios meses, el grupo liderado por El Mencho mantiene dominio en al menos 75 rancherías de Tepalcatepec.
Algunas de las comunidades afectadas son: Plaza Vieja, La Romera, Carapuato, Primavera, Las Peñitas, Loma Blanca, El Bejuco, Los Horcones, Las Juntas, El Molino, Limonera, Mesas del Terrenate, Los Mojos, Terrenatillo y La Bocanda.
Los ataques con drones se ven espectaculares desde la comodidad del sofá, pero para aquellos que escuchan las detonaciones de los explosivos, es una oración para poder salir vivos de los enfrentamientos, algo que no les interesa a los integrantes de la 4T.
