Marissa Rivera.
Ayer fue el día de más contagios de Covid en México, desde que inició la pandemia, hace casi dos años, con 33 mil 626 casos.
Y seguirá creciendo.
Tan solo en una semana hemos acumulado 176 mil 599 contagios.
Ni las farmacias ni los kioscos, ni los laboratorios ni los módulos, que implementó el gobierno capitalino para realizar pruebas de Covid se dan abasto.
El Ómicron nos ha rebasado a todos. Nos lo advirtieron y no tuvimos las precauciones necesarias. Su contagiosidad nos agarró con los dedos en la puerta.
Por fortuna quienes se han vacunado han soportado un leve embate del virus.
Pero muchos mexicanos nos vamos a contagiar, de eso no hay duda.
Y ¿qué hemos hecho para enfrentar esta situación?
Por un lado, Claudia Sheinbaum pidió a los capitalinos no realizarse la prueba si tienen síntomas de Covid, porque no es necesario, ya que están vacunados.
Y aunque la vacuna no evita el contagio, si disminuye, dijo, la gravedad de la enfermedad.
Hugo López Gatell la secundó. Pidió no hacerse la prueba porque hay escasez de pruebas Covid.
El presidente Andrés Manuel López Obrador quien también pedía no hacerse la prueba, terminó haciéndosela frente a lo que calificó como una gripe. Y lamentablemente el resultado fue positivo.
Sin embargo, los contagios avanzarán y no hacerse pruebas solo reducirá las cifras diarias de contagio. Cifras que sabemos desdeñan las autoridades y según ellas, solo provocan pánico en la sociedad.
Lamentablemente ni la jefa de gobierno ni el subsecretario de salud reparan en que hasta para ir a trabajar se necesita una prueba se tenga o no síntomas.
Otras personas por no contagiar a los familiares con los que viven se tienen que hacer la prueba.
Hay quienes no tiene dinero para hacerse una prueba y tiene que hacer largas filas, por horas, para tener la certeza de portar o no el virus.
Hace un año, el descontrol era para sobrevivir. No había cupo en hospitales. El oxígeno escaseaba y la aplicación de las vacunas era lenta.
Hoy ante la confusión, el descontrol está en la burocracia y en la poca empatía de los empleadores y de los funcionarios.
Por ejemplo, quienes necesitan en el IMSS, un trámite, una atención médica, un permiso o un certificado de la prueba Covid, tienen que rascarse con sus propias uñas, porque no hay sistema ni quien los atienda.
Primero tienen que cuidarse del contagio y después sortear el tema laboral.
Aunque el gobierno de la Ciudad de México y las cámaras empresariales acordaron no solicitar pruebas negativas de Covid, en los hechos, los trabajadores siguen preocupados por mostrar la prueba para no perder su trabajo.
El semáforo seguirá en verde, porque las hospitalizaciones no han aumentado y los fallecidos han disminuido.
Llevamos dos semanas del 2022 y se advierte que los contagios seguirán desbordándose.
Insisto, nadie nos va a cuidar si no nos cuidamos nosotros.
Deseo que su recuperación sea rápida, Presidente Andrés Manuel López Obrador. ¡Usen cubrebocas!
