Raúl Flores Martínez.
Hasta dónde se debe de soportar las acciones de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa que, bajo cualquier pretexto, quieren tomar la caseta de Palo Blanco en Guerrero.
A lo largo de los últimos años, sabemos que diversos grupos se han encargado de tomar las casetas para llenarse los bolsillos de dinero fácil, sin esfuerzo y sobre todo, bajo la amenaza a los automovilistas qué en caso de no dar la tarifa que ponen de 100 pesos, golpearan el auto.
Quienes hemos viajado por carretera a Acapulco, debemos de sufrir estas tomas de las casetas, debemos de sufrir las amenazas de estos estudiantes que en ocasiones desvían la atención del tema primordial que es la exigencia de la aparición de sus compañeros.
El “nos faltan 43”, ya es un modo de generar ingresos de miles de pesos en las distintas casetas que se tienen en algunos puntos de entrada y salida de Guerrero, todo bajo pretexto y complicidad de decenas de violentos jóvenes.
Ayer fuimos testigos del artero y homicida ataque de los estudiantes de Ayotzinapa que, en la más idiota de las ideas, robaron un tráiler que sin conductor lo estrellaron entre los negocios que se encuentran a un costado de la caseta de Palo Blanco, perdidas que tuvieron estos negocios donde afortunadamente, no hubo heridos ni víctimas fatales.
Lo qué más llama la atención, son los argumentos de estos estudiantes que señalan que “solo iban a repartir volantes en la caseta de peaje”; ahora resulta que estos jóvenes de Ayotzinapa son unos angelitos que solo iban a repartir volantes, vaya estupidez.
Durante su página oficial de Facebook lloriqueando de que fueron atacados por la policía estatal y Guardia Nacional; sin embargo, jamás aceptaron que se robaron un tráiler y lo dejaron ir en contra de los elementos policiacos estrellándose contra los negocios cercanos.
Ahora la Fiscalía del Estado de Guerrero y la Fiscalía General de la República, inician las investigaciones correspondientes para detener a los estudiantes homicidas que robaron y llevaron el tractocamión hasta estrellarlo.
Cuántas veces más tendrá que verse esto en cadena nacional, cual es la delgada línea entre las exigencias de justicia al vandalismo y el robo de transporte de carga o de casetas de peaje.
Guerrero se está volviendo poco a poco otro Oaxaca, ese Oaxaca del 2007 con su conflicto magisterial que derivó en enfrentamientos con la ex Policía Federal Preventiva, ya veremos en los próximos días en que se desencadena el inició de un conflicto en Guerrero.
