Sasha Sökol: ¿víctima de quién?

Carlos Arturo Baños Lemoine.

Ya estamos acostumbrados a que, bajo la sombra de la mitología feminista, se expongan historias sobre incorrectos comportamientos de índole sexual por parte de varones afamados. Y jamás sabremos si estas historias son verdaderas o falsas, toda vez que son narradas muchos años después de que supuestamente ocurrieron los hechos denunciados. Así que estamos frente a la palabra de una persona contra la palabra de otra. Más elementos no tenemos.

En el marco del pasado Día Internacional de la Mujer, la artista Sasha Sökol acusó, a través de sus redes sociales, al productor y empresario Luis de Llano: Sasha sostuvo que Luis de Llano abuso de ella en el marco de una relación de pareja que sostuvieron hace mucho tiempo, y que comenzó cuando ella tenía 14 años de edad y el productor 39 años. Según la ex Timbiriche la relación duró… ¡cuatro años!

Luis de Llano ha aceptado que dicha relación sí existió pero que sólo duró unos cuantos meses.

Aceptemos los dichos de los involucrados y digamos sin ambages que, si esa pareja sostuvo relaciones sexuales, Luis de Llano incurrió en el delito de estupro, un delito sexual considerado menor (o no grave) cuando supuestamente ocurrió y que, para estas fechas, ya prescribió, es decir, que ya no puede ser presentado ante el Ministerio Público a objeto de ejercer la acción penal correspondiente.

También hay que decir que, en ese entonces y ante una probable querella por parte de los padres de la menor Sasha Sökol, Luis de Llano tenía la posibilidad de contraer matrimonio con la menor, de tal suerte de que sus relaciones sexuales dejarían de tener carácter penal al darse dentro de la institución matrimonial. ¿Recuerdan el caso de Sergio Andrade y Aline Hernández? Por ahí va la cosa.

Pero, curiosamente y quién sabe por qué, Sasha Sökol no ha hecho referencia alguna a sus propios padres, los cuales podrían cargar con el peso de un delito peor que el cometido, supuestamente, por Luis de Llano. ¿Los padres de Sasha sabían de su relación con el productor y no la denunciaron, y quizá hasta la promovieron, en virtud de los beneficios económicos que estaban recibiendo? De ser ése el caso, los padres de Sasha habrían incurrido en el proxenetismo de su propia hija, o sea, en la explotación sexual de Sasha. ¡Puf, qué historia saldría de todo esto!

¡Y si ustedes supieran cuántas historias parecidas se cuentan en los pasillos, las alfombras rojas y las marquesinas del mundo de la farándula!

¿Y la verdad? Muy pocos la sabrán. Y, además, tendremos que preguntarnos por qué los artistas callan cuando la fama y el dinero abundan.

Facebook: Carlos Arturo Baños Lemoine