¿Qué es un infarto silencioso?, como el que sufrió Juan Pablo Medina

México.-Los síntomas de ataques cardiacos silenciosos parecen tan leves que apenas se aprecian. Se detectan más tarde, por lo general cuando los pacientes se someten a un electrocardiograma

El actor Juan Pablo Medina compartió las primeras imágenes con su prótesis después de haber perdido la pierna, debido a una trombosis ocasionada por un infarto silencioso.

Pero…

¿Qué es un infarto silencioso?

Un infarto silencioso, o ataque cardíaco silencioso, es un ataque cardíaco que presenta pocos síntomas, si es que hay alguno, o que tiene síntomas que no se reconocen como un signo de ataque cardíaco. Es posible que no tengas dolor en el pecho o falta de aire, los cual suele estar asociado con un ataque cardíaco.

Casi la mitad de todos los ataques al corazón pueden darse de manera silenciosa e, igual que los que causan dolor en el pecho u otras señales de advertencia, los ataques cardiacos silenciosos elevan el riesgo de morir por enfermedad cardiaca y otras causas, según una nueva investigación publicada en ‘Circulation’.

Un ataque al corazón no siempre tiene síntomas clásicos, como dolor en el pecho, dicultad para respirar y sudores fríos. De hecho, un ataque al corazón puede producirse sin síntomas y se llama ataque al corazón silencioso (en el que el flujo de sangre al músculo del corazón se reduce o se bloquea por completo gravemente).

“El resultado de un ataque al corazón en silencio es tan malo como un ataque al corazón que se reconoce mientras está sucediendo –afirma el doctor Elsayed Z. Soliman, autor principal del estudio y director del centro de investigación epidemiológica de Cardiología en el Centro Médico Wake Forest Baptist en Winston-Salem, Carolina del Norte, Estados Unidos.

“Y debido a que los pacientes no saben que han tenido un ataque al corazón silencioso, no pueden recibir el tratamiento que necesitan para evitar otro”, añade.

Los investigadores analizaron los registros de 9.498 adultos de mediana edad que ya estaban inscritos en el estudio ‘Atherosclerosis Risk in Communities’ (ARIC) para analizando las causas y resultados de la aterosclerosis –endurecimiento de las arterias–. Los investigadores examinaron las diferencias de ataque cardiaco entre negros y blancos, así como hombres y mujeres.

Durante un promedio de nueve años después del inicio del estudio, 317 participantes tuvieron ataques cardiacos silenciosos frente a 386 que sufrieron ataques cardiacos con síntomas clínicos. Los investigadores continuaron con los participantes durante más de dos décadas para realizar un seguimiento de las muertes por infarto de miocardio y otras enfermedades.

  ELEVAN EL RIESGO DE MUERTE CARDIACA Y POR OTRAS CAUSAS

De esta forma, encontraron que los ataques cardiacos silenciosos fueron el 45 por ciento de todos los ataques al corazón; aumentaron las posibilidades de morir por enfermedad cardiaca en 3 veces; elevaron las probabilidades de muerte por todas las causas en un 34 por ciento; y eran más comunes en los hombres, pero con más probabilidades de causar la muerte en las mujeres.

“Las mujeres con un ataque al corazón silencioso parecen tener peores consecuencias que los hombres”, subraya Soliman. “Nuestro estudio también sugiere que los negros pueden evolucionan peor que los blancos, pero el número de personas de raza negra puede haber sido demasiado pequeño como para decirlo con certeza”, reconoce.

Los investigadores tuvieron en cuenta muchos factores que podrían sesgar los resultados, como el tabaquismo, el peso corporal, la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol, los cuales no se ajustaron para el acceso a la atención, pero se ajustaron para el ingreso y la educación, de forma que podría afectar en el acceso a la atención.

En todo caso, los síntomas de ataques cardiacos silenciosos parecen tan leves que apenas se aprecian. Se detectan más tarde, por lo general cuando los pacientes se someten a un electrocardiograma, mejor conocido como un ECG o EKG, para comprobar la actividad eléctrica de su corazón, explican los investigadores.

Soliman aconseja que los ataques al corazón silenciosos, una vez descubiertos, deben ser tratados tan agresivamente como los ataques al corazón con síntomas. “Los factores de riesgo modicables son los mismos para ambos tipos de ataques al corazón -señala–. Los médicos deben ayudar a los pacientes que han tenido un ataque al corazón silencioso a dejar de fumar, reducir su peso, controlar el colesterol y la presión arterial y hacer más ejercicio”.

En 1987, el estudio ARIC comenzó a inscribir a los participantes que estaban libres de la enfermedad cardiaca en cuatro comunidades de Estados Unidos, en Maryland, Minnesota, Mississippi y Carolina del Norte, para determinar los factores de riesgo de enfermedades del corazón y los efectos para la salud del endurecimiento de las arterias.

Infarto silencioso por adicciones

El abuso de la cocaína puede causar daños en el corazón, como miocarditis -que puede derivar en un infarto mortal-, sin que el usuario se percate, ya que a menudo no se presentan síntomas, indica un estudio difundido hoy por la publicación médica “British Medical Journal (BMJ)”.

Según los autores de la investigación, recogida en la revista “Heart”, las autopsias revelan que la miocarditis -inflamación del miocardio, músculo del corazón- está presente en uno de cada cinco adictos a la cocaína, y se cree que un cuarto de los infartos no mortales en las personas menores de 45 años están asociados al consumo de cocaína.

La miocarditis, apuntan los expertos, suele presentarse con dolores en el pecho y un paro cardíaco, y puede derivar en infartos mortales o no mortales, pero no se da el bloqueo o estrechamiento de las arterias que caracterizan al infarto isquémico.

Los investigadores quisieron averiguar si había pruebas tangibles de daños al corazón entre los consumidores a largo plazo de cocaína que no tenían historial de dolencias coronarias ni síntomas de problemas en el corazón.

Hicieron un seguimiento de la salud coronaria de 30 cocainómanos que llevaban años consumiendo y que habían ingresado en un centro de rehabilitación, a las 48 horas de su última toma.

En el grupo había 25 hombres y cinco mujeres con una edad media de 37 años, y uno de cada cinco estaba infectado con hepatitis C o virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se indica en el estudio.

La mitad de los adictos lo eran también a otras sustancias, como opiáceos y alcohol. Habían consumido durante una media de 12 años aproximadamente 5,5 gramos de coca diarios, según admitieron.

La mayoría esnifaban la droga, pero diez se inyectaban y dos la fumaban.

Los autores hicieron una serie de test para detectar cualquier anormalidad en la función del corazón, como niveles de elementos químicos en el organismo, pruebas físicas y resonancias magnéticas.

Aunque la función del corazón era normal en todos los casos, en 12 se hallaron anormalidades localizadas y los escáneres revelaron una alta prevalencia (un 83 por ciento) de daños estructurales.

Casi la mitad de las personas examinadas presentaban inflamación (edema) del ventrículo inferior izquierdo, y esto se asoció a un mayor consumo de cocaína.

Las resonancias magnéticas también revelaron daños en el tejido (fibrosis) en casi tres de cada cuatro adictos (un 73 por ciento), posiblemente, apuntan los expertos, como resultado de un infarto silencioso.

Los investigadores recuerdan que el edema es signo de un daño reciente y es reversible, pero la fibrosis no lo es.

Los autores constatan que las infecciones víricas y el abuso de múltiples drogas podría haber contribuido al tipo de daño visto en los cocainómanos, pero, advierten, eso no explicaría todos los casos.

 

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