Ambientes obesogénicos para consumidores

Por. José C. Serrano

El Poder del Consumidor es una Asociación Civil (AC) sin fines de lucro, cuyo principal objeto es la defensa, promoción y protección de los derechos de los consumidores.

Alejandro Calvillo es director de El Poder del Consumidor, quien a lo largo de los años ha desarrollado actividades que incluyen el estudio de productos, servicios y políticas públicas, la vigilancia del desempeño de las empresas, la identificación de las opciones favorables para los consumidores, así como la denuncia de las prácticas que afectan sus derechos. Es sociólogo, estudió filosofía y es egresado de El Colegio de México (Colmex).

En foros nacionales e internacionales, Alejandro Calvillo ha insistido en mencionar que el alto consumo de bebidas azucaradas se expande como una epidemia por todo el planeta, lo que ha traído consecuencias catastróficas para la salud humana en un número de países cada vez mayor.

Se trata de una catástrofe silenciosa, según aparece en estadísticas oficiales en las que existen registros de las muertes que hasta fechas recientes han ocurrido, que los gobiernos temen señalar. Las familias sufren consecuencias, las más viables son el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, pero las autoridades evitan hablar de cuáles son sus orígenes.

El sobrepeso, la obesidad y la diabetes se han esparcido por todo el mundo de la mano del consumo de alimentos ultraprocesados, especialmente de las bebidas azucaradas.

México está, prácticamente, en el primer lugar de consumo de bebidas azucaradas en el mundo. Cuando frente a una audiencia se lanza la pregunta de quién tiene un pariente con diabetes, hay muchas manos levantadas, lo que revela que una tragedia ha sentado sus reales en la sociedad.

Cada mano levantada es una historia humana, la mayor parte de las cuales ya son tragedias o, en breve, se volverán una.

En países con recursos limitados, la prevención de las enfermedades no existe. Y la detección y tratamientos son excepcionalmente comunes. Para el momento en que una persona visita al médico, la enfermedad ya ha progresado. Esta es la manera en la que en muchos países la diabetes se está volviendo una de las principales causas de muerte, amputaciones y ceguera.

La infiltración de las bebidas azucaradas en los hábitos de consumo, y en muchos casos producida por algunas de las campañas de publicidad más costosas en la era de la sociedad de consumo, apoyadas por la omnipresencia del producto, es existosa. En muchos lugares, a lo largo y ancho del mundo, es más sencillo tener acceso a una Coca-Cola que al agua potable.

Aunque las grandes empresas refresqueras no quieren que los consumidores obtengan la información más básica sobre sus productos (el contenido de azúcar), aunque quieran sembrar dudas con respecto a que las bebidas azucaradas pueden causar sobrepeso, obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas , y aunque quieran seguir utilizando estrategias engañosas de mercadotecnia para aumentar el consumo, es imperativo alzar la voz, exponer y dar luz, señalar con el dedo.

Y las organizaciones civiles El Poder del Consumidor y la Red de los Derechos de la Infancia en México, han refrendado sus principios al solicitar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) cumplir los lineamientos, aprobados en 2010, que regulan la venta de comida chatarra en las cooperativas escolares.

En una carta estos organismos ciudadanos pidieron la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) retomar y dar seguimiento a su recomendación 39/2019 sobre los derechos de niños y adolescentes ante el incremento del sobrepeso y la obesidad, en la que destacan la importancia de proteger los derechos a la educación, la salud y la alimentación saludable en los espacios escolares.

Liliana Bahena, coordinadora de la Campaña Mi Escuela Saludable de El Poder del Consumidor, señaló que en el país hay cuatro millones de niños con sobrepeso, y advirtió que de no tomar medidas, uno de cada dos infantes nacidos a partir de 2010 desarrollará diabetes.

Bahena expresó que investigaciones recientes dieron cuenta de que en jornadas cortas los alumnos consumieron 550 calorías provenientes de alimentos no saludables, puesto que 51 por ciento del total de la oferta eran golosinas, helados, galletas dulces, botanas saladas y postres, y 63 por ciento de las bebidas eran agua con azúcar, jugos y néctares. La mayoría de las cooperativas escolares venden estos productos y menos de cinco por ciento de frutas y verduras.

El Poder del Consumidor y la Red de los Derechos de la Infancia en México, con su trabajo y tenacidad, han conseguido un cambio paulatino en la mentalidad de los consumidores, quienes ya no asocian las bebidas azucaradas con la felicidad y el estatus, sino con la enfermedad.

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