Raúl Flores Martínez.
En México hablar de personas desaparecidas, es hablar de cifras, cifras y expedientes y carpetas de investigaciones abiertas, que muchas veces se van al archivo muerto por la falta de resultados.
Para nadie es un secreto que en México las autoridades de Procuración de Justicia; es decir, los encargados de investigar como lo son las Fiscalías y Procuradurías, no investigan. La mayoría de sus casos son resueltos de “chiripa” o de “suerte” o de “casualidad”, algo que no se da en las policías del mundo, solo aquí en México.
Prueba de la falta de profesionalismo de los elementos de investigación, son las 100 mil 001 personas desaparecidas y no localizadas del registro oficial de la Secretaría de Gobernación que llegó a la cifra histórica, este lunes.
El pasado domingo se tenían 99 mil 930 personas, para ayer lunes se han incorporado más de 70 nuevos casos de personas desaparecidas y no localizadas. Si se suma a las personas desaparecidas que han sido localizadas, la cifra asciende a 245 mil 513.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas se nutre de la información oficial sobre denuncias ante el Ministerio Público y contiene datos a partir del 15 de marzo de 1964 hasta la fecha. El 58 por ciento de las personas desaparecidas son hombres y el 42 por ciento mujeres.
Las principales víctimas de desaparición en el país son hombres de entre 20 y 40 años de edad y mujeres desde los 15 hasta los 25 años. El 16 por ciento de los desaparecidos son niños, niñas y adolescentes; de entre los menores de edad, el 55 por ciento son mujeres, mientras el 45 por ciento son hombres.
Los diez estados del país con más casos de personas desaparecidas y no localizadas son Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Sonora, Sinaloa, Nuevo León, Veracruz, Guerrero, Michoacán y Chihuahua.
Algunas de las personas que han desaparecido en los últimos meses, han sido encontradas o ubicadas; Sin embargo, las autoridades solo se limitan a decir que la ausencia fue por causas personales.
Ya es tiempo que todos, autoridades y familias asuman las consecuencias de las desapariciones, es necesario que se imponga un castigo de servicio a la comunidad para aquellas o aquellos jóvenes que se van de la casa por el enojo con los padres, eso cambiaría la visión de las autoridades quienes se enfocarán en los verdaderos casos de desaparecidos.
Se escucha ruda la idea, y estoy casi seguro que esos organismos de Derechos Humanos, dirían que es una violación a las garantías individuales; sin embargo, esos organismos, hasta el día de hoy no hay aportado nada para terminar con la grave crisis de desapariciones en México.
