El Real Madrid venció al Liverpool (1-0) este sábado en París, con lo que conquistó su 14ª Champions League.
El portero Thibaut Courtois fue protagonista de la exhibición en el Stade de France con nueve paradas que frenaron a un Liverpool poderoso y fue castigado en el único disparo a puerta del Real Madrid, en la coronación de Vinícius.
El VAR salvó al Liverpool. Con cuatro minutos para decidir si la posición era legal o no. Una acción de interpretación que decidieron desde una sala y no el colegiado a centímetros en el momento en el que, tras el recorte de Benzema en la primera llegada de peligro madridista, la lucha de Valverde provocó que tocase el balón, la jugada se trabase y fuese Fabinho el que acababa dando un pase de gol a Karim. Un balón rebotado. Una decisión que condiciona una final. Salvo cuando la juega el Real Madrid.
No pudo ser al borde del descanso con el tanto anulado a Benzema. Pero el mensaje estaba lanzado. No hay equipo en el mundo con mayor capacidad de resiliencia que el Real Madrid. Las lecciones de las eliminatorias debía repetirlas lejos del Santigo Bernabéu, sin su misticismo. Y fue cuando apareció la facilidad de Fede Valverde para superar líneas enemigas, soltar un disparo a la nada y sacar oro de una de las claves del partido: la espalda de Arnold. Ahí aparecía Vinícius para poner el broche de oro a su año más goleador.