Por. José C. Serrano
Rosa Icela Rodríguez Velázquez, mujer de 63 años, originaria de Xilitla, San Luis Potosí. Un pueblo mágico con arraigadas tradiciones ancestrales de los nativos nahuas y teenek, que está enclavado en una porción montañosa de la Huasteca.
Debido a sus características orográficas, Xilitla es un sinfín de escaleras de concreto y piedra, cuyo objetivo específico es conectar con una casa o con un comercio; contrario a esto, las escaleras del jardín escultórico de Edward James (atractivo principal del poblado), son todas de concreto, pero inconclusas.
Rosa Icela es periodista y servidora pública quien, al lado de Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se desempeñó como secretaria de Gobierno, desde el 5 de diciembre de 2018 hasta el 26 de julio de 2020. En octubre de 2020 fue propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Su formación universitaria la obtuvo de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Trabajó como reportera en Televisa Radio, en El Universal, en La Afición y en La Jornada.
Desde que se anunció la posibilidad de que Rosa Icela ocupara la titularidad de la SSPC, se escucharon voces que decían que la potosina no cubría el perfil necesario para coordinar a las fuerzas armadas y a las corporaciones policiales, lo cual pondría en jaque a la dirección del organismo federal.
Según la óptica de Daniel Gómez-Tagle, especialista en seguridad, la formación académica de quien sería la nueva secretaria no cumplía con los requisitos para el encargo.
“Un periodista puede tener certeras aproximaciones a los problemas de seguridad, pero no cuenta con los elementos técnicos para el análisis a profundidad, que le permitan operar con solvencia estrategias de combate efectivo hacia los grupos que generan la inseguridad en el país”.
Un comunicador puede plantear problemas, pero es difícil que proponga soluciones. La designación de Rosa Icela no será más que una simulación; no tendrá autoridad alguna en esferas netamente castrenses y policiacas.
Rosa Icela, ya como titular de la SSPC, se comporta igual que su jefe AMLO, éste, un día sí y otro también se empecina en negar la realidad. Cada vez que se presenta en la conferencia matutina en Palacio Nacional llega con su cargamento de gráficas y estadísticas para apantallar a la concurrencia. Ella, como si tratara de una experimentada maestra de educación básica frente a sus inocentes escolapios, se deja ir como hilo de media con datos, cifras y números que, la verdad, que ni siquiera ella los cree.
El lunes 23 de mayo, se presentó frente a millones de mexicanos para jurar que hay buenos resultados en materia de seguridad, que la incidencia delictiva del fuero federal está a la baja, que los homicidios dolosos y feminicidios están disminuyendo dramáticamente, y que el robo y la violencia intrafamiliar están en vías de extinción en México.
De nueva cuenta, la titular de la SSPC hizo caravana con cifras manipuladas y convenientemente ocultas, porque en el país de cada 100 delitos que se cometen sólo el 6.4 por ciento son denunciados ante las autoridades, y de cada 100 crímenes denunciados únicamente 14 son sentenciados. ¿De qué combate a la impunidad habla este par de embusteros?
¿A Rosa Icela la embelesan las vivencias que acarreó de su pueblo mágico, o ha perdido la dignidad enunciada en la deontología periodística?
