México.-Hay un lugar en donde los hombres violentos son obligados a vivir en el cuerpo virtual de una mujer golpeada, mientras los pedófilos permanecen en el de un niño abusado. También, es posible sumergirse en las memorias del pasado o habitar una realidad alterna donde todo es más feliz con ayuda de la encarnación virtual, la inteligencia artificial, las drogas amazónicas y las redes sociales.
De eso habla La mirada de las plantas, la más reciente novela de Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967), en la que explora un mundo hipertecnologizado que pretende crear un videojuego de realidad virtual, el cual reproduce los efectos alucinógenos de una planta ancestral del Amazonas, conocida como ‘alita del cielo’, para crear una sociedad más feliz, lo cual demostrará que el ser humano se encanta fácilmente con la tecnología y que carece de las herramientas conceptuales para enfrentarla.
Pero al pensar en una vuelta de tuerca, Paz Soldán volvió a las nuevas tecnologías y su impacto en la selva. “Se me ocurrió crear este laboratorio y esta compañía brasileña de realidad virtual que intentan extraer, sin lógica, la experiencia psicotrópica de una planta medicinal, pensando también que en el futuro los avances tecnológicos de realidad virtual no sólo proporcionarán nuevos juegos virtuales, sino formas de trabajo y otras experiencias”.
Y así fue como el autor exploró la experiencia sicotrópica, pero sin ingerir sustancia alguna, es decir, cómo drogarse sin drogarse. “Eso es lo que quería mostrar con la realidad virtual y con el experimento del Dr. Dunn, quien intenta extraer la mayor capacidad de información de la planta para aplicarla a dicho juego”, detalla.
La mirada de las plantas combina la novela de la selva con el impacto actual de las tecnologías y la forma en que el ser humano percibe las cosas”.
¿Por qué decidió que el Dr. Dunn no fuera el típico villano de la ciencia ficción? “Al principio, el Dr. Dunn comenzó en la misma tradición de las novelas de aventuras o ciencia ficción que experimentan con humanos.
El punto de partida es La isla del doctor Moreau, de H.G. Wells; y La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, quien también juega con la tecnología con objetivos personales.
Así que al inicio el Dr. Dunn era casi una caricatura del personaje clásico, pero a medida que la novela avanzó, la intención fue hallar el corazón de su proyecto personal”, lo cual replantea el concepto de villano, pero sin justificarlo.
¿Considera que la encarnación virtual será una solución terapéutica para rehabilitar personas violentas?
No hace mucho leí un reportaje sobre una clínica en Barcelona que experimentaba con la realidad virtual en sus pacientes, en especial aquellos con problemas de violencia doméstica y los médicos han reportado resultados positivos.
Y así se me ocurrió extrapolar esa tendencia al preguntar, ¿qué pasaría si esto se generalizara? Quizá, a medida que avance la realidad virtual veremos muchos tratamientos con más potencial o terapias, porque ahorita sólo asistimos a la infancia de estas nuevas tecnologías”, advierte.
¿Sin olvidar el aspecto ético de la tecnología?
Imagino que en 20 o 30 años será mucho más sofisticada la forma en que se usará (la encarnación virtual), pero la pregunta que se plantea en la novela es si estas tecnologías no sólo tienen un potencial benéfico, sino que puedan ser utilizadas con fines de manipulación y abuso”.
En su novela, Paz Soldán también explora en el uso de las redes sociales, como Instagram, YouTube, Facebook, los avatares y programas para fotografías, a partir de lo cual sentencia que éstas mutarán en el futuro y que han llegado para quedarse.
