Raúl Flores Martínez.
El nivel de violencia que se está generando en el país, está escalando niveles insospechados, ese nivel del que ya no se tiene regreso, lo que generará un recrudecimiento en los ataques del crimen organizado contra la población civil y contra quienes se atraviesen en su camino.
La lógica de abrazos no balazos, ya traspasó sus límites entre los grupos del crimen organizado, quienes han tomado el control del país, prueba de ello son los líderes regionales que han comenzado sus propias guerras entre células locales y de algunos cárteles transnacionales.
Solo pondré dos ejemplos, Chihuahua donde Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, integrante del Cártel del Pacífico, dedicado al trasiego de droga, talamontes y sicario en la Sierra Tarahumara, en particular en la zona del municipio de Urique.
Este sujeto asesinó a los clérigos Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, cuyos cuerpos fueron sustraídos por hombres armados posterior a su ejecución para evitar ser rastreados por las autoridades. Este sujeto sin recibir orden alguna del principal líder o líderes del Cártel del Pacífico, inició su propia guerra.
Otro punto se está dando entre el Cártel de Caborca y el Cártel Jalisco Nueva Generación en el estado de Quintana Roo, dónde han comenzado a levantar contras y ciudadanos comunes por no haber pagado su extorsión.
Así podremos seguir dando ejemplos en Guerrero, Chiapas, etc; sin embargo, no vale la pena recordar los hechos de 15 días a la fecha, lo que si vale la pena recordar es que las instituciones de seguridad, incluyendo las Fuerzas Armadas han sufrido un revés en la lucha contra la delincuencia con la estrategia de los abrazos.
Cuánto tiempo podremos soportar más las múltiples ejecuciones masivas que se están dando en el país, cuánto más soportaremos las múltiples extorsiones, cobros de piso que se están dando a lo largo y ancho del país; extorsiones que generan que los comerciantes estén cerrando sus comercios ante las pérdidas económicas que se generan.
Mientras la política de la Cuarta Transformación busca la manera de sangrar más la economía interna al regalar dinero en todos sus programas sociales, la sociedad sangra ante los embates de la delincuencia organizada que los exprime hasta quebrar sus negocios o las cuentas bancarias de los familiares de los que han sido secuestrados.
