México.- Las diputadas del PRI Melissa Vargas, Laura Barrera, Cristina Ruiz, Sofía Carvajal y Lorena Piñón presentaron una denuncia por omisión ante la Fiscalía General de la República (FGR) en contra de servidores públicos de Semarnat y Profepa, por la falta de seguimiento a 354 animales en posesión de la fundación Black Jaguar-White Tiger y que ha sido maltratados.
Acusaron que estos animales fueron entregados por el propio Gobierno Federal, sin tomar en cuenta el estado de las instalaciones, la mala alimentación que se les brinda, el mal manejo de los ejemplares, entre otros aspectos.
Las diputadas priistas expusieron que las dimensiones mínimas indispensables para los corrales o recintos (albergues externos) por ejemplar, para generar un adecuado bienestar y trato digno deberán ser para felinos silvestres mayores (leones, tigres, jaguares, pumas y leopardos) de 35 m2 por ejemplar.
Sin embargo, en la Fundación Black Jaguar- White Tiger (BJWT) no contaban con los estándares mínimos sugeridos y establecidos para generar un adecuado bienestar animal, trato digno y respetuoso, ya que tienen una superficie aproximada de 12 m2 hasta los 400 m2, albergando desde un ejemplar hasta poblaciones de nueve ejemplares o más de diversas especies, subespecies, edades y sexos.
Además, los ejemplares de felinos silvestres en el santuario eran alimentados con una dieta a base de huesos y carne de pollo, específicamente pescuezos, lo que no cumple con todos los requerimientos nutricionales, como sería un nivel óptimo de proteína, minerales y vitaminas, situación que provocó una desnutrición evidente en los ejemplares, los cuales se observan de un color paja, es decir, de un color más claro al natural.
“De acuerdo al manual ´Manejo de Felinos Silvestre en Cautiverio´ publicado por la Semarnat, en septiembre de 2000, se recomienda carne cruda; pollo 60 por ciento, carne roja 35 por ciento y suplementos (vitaminas y minerales) 5 por ciento”, precisaron..
Subrayaron que dentro de los recintos no se observaban sombreadores o enriquecimiento ambiental acorde a la especie a albergar; había en algunos de ellos juegos infantiles y tarimas elevadas, cuando se recomienda como factores de enriquecimiento y bienestar animal el uso de troncos, árboles, plataformas y sombreadores dependiendo de la especie.
“Al no contar con procesos de enriquecimiento animal o ambiental se contribuye a que los ejemplares presenten algún nivel de estrés por falta de actividad natural acorde a la especie derivado de la manipulación excesiva y humanización que reciben estos ejemplares de fauna silvestre”, externaron.
También existía una manipulación directa de los ejemplares, especialmente cachorros y jóvenes, operación que se realiza durante su alimentación, esparcimiento e interacción en la toma de fotografías. Ejemplares de felinos silvestres que son manipulados como si fueran mascotas, manejados sin un fin etológico.
“A pesar de todo lo anterior, se vislumbraron nulos actos de inspección y vigilancia, de ejecución de medidas de seguridad, de infracciones administrativas y de sanciones que pudieron haber prevenido la muerte de animales, en el santuario”, indicaron..
Destacaron que la Profepa es la responsable del rescate de estos especímenes, por lo que se le responsabiliza de su estado de salud física y mental, así como de posibles defunciones por la tardanza en labores de rescate y la falta de un plan de manejo a futuro para estos animales que no los vuelva a poner en riesgo.
Con información de la Cámara de Diputados