Marissa Rivera

Marissa Rivera.Cuando Andrés Manuel López Obrador asumió el poder, el uno de diciembre de 2018, prometió “transformar a México”.Para terminar con todos los males que dejaron los anteriores “gobiernos conservadores y corruptos”, se propuso cumplir 100 compromisos.Dos años después, presumió haber cumplido con 97 de sus promesas, claro, de acuerdo con sus datos, esos que siempre trae bajo la manga.Uno de los 97 compromisos cumplidos, según él, era el número 13, que decía: “se hará realidad el derecho a la salud. El propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos”.Pues resulta que es falso. Una promesa no cumplida. Cientos de niños han muerto porque no han tendido acceso a sus tratamientos oncológicos. Hay escasez de medicamentos para enfermedades graves o incluso, las más comunes. No hay vacunas para completar el Sistema Nacional de Vacunación.Desapareció el Seguro Popular y creó el Instituto de Salud para el Bienestar, INSABI, que sufre de deficiencias, carece de medicinas y no ha logrado consolidarse. Dejó en el desamparo a millones de mexicanos y para ser consecuente con su narrativa, los más afectados han sido “primero los pobres”.De manera que la salud no ha sido la prioridad en su gobierno. Al contrario ha sido víctima de su falsa austeridad.Ayer, el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell cuestionó los consultorios que hay en diferentes farmacias del país, al considerarlos como un riesgo para la salud y para la vida, porque no tienen la capacidad de atender enfermedades crónicas.Aseguró que son unidades médicas que pertenecen a empresas privadas que lucran con la venta masiva de medicamentos y no por el interés de la salud de los mexicanos.“Alguien que tiene diabetes, hipertensión o una enfermedad pulmonar o cardíaca crónica, como la gran cantidad de la población mexicana, en estos consultorios no le van a resolver o incluso podrían poner en riesgo su salud y su vida”, dijo López-Gatell.Según él, para las cadenas de farmacias la salud de los mexicanos es irrelevante. Pues parecería que para el gobierno federal también.¿Sabrá que para millones de personas no hay otra opción? No tienen seguridad social, ni hablar de seguro de gastos médicos mayores. El INSABI es deficiente e inoperante, ni siquiera tiene abasto de medicamentos.Tan solo una de esas cadenas, trabajan 16 mil médicos que brindan 150 millones de consultas al año.En una frase, si coincido con el subsecretario, “no se puede prescindir de este tipo de consultorios de forma inmediata”. Claro que no, porque gracias a ellos se cubre una necesidad que no podría cubrir el sistema de salud de la actual administración federal.De eliminarlas, millones de mexicanos dejarían de tener atención médica y tendrían que recurrir al sector público que como hemos visto no está para un reto de esa dimensión.Tan no se ha cumplido el compromiso 13 que el sistema de salud va en retroceso. La emergencia de la pandemia de Covid-19 desnudó al sistema nacional de salud y evidenció la necesidad urgente de un sistema universal.Según cifras del CONEVAL, durante el primer año de la pandemia en México, en 2020, más de 35.7 millones de mexicanos carecía de servicios públicos de salud.López Gatell cuestiona y subestima la calidad de estos consultorios, pero ¿qué opciones ofrece a los mexicanos para atender sus enfermedades, para tener acceso oportuno a especialistas y recibir los medicamentos que requieren?Quieren un sistema público de salud como Canadá o Dinamarca, pero son incapaces de ofrecer soluciones, atención y medicamentos a los mexicanos.Para el subsecretario, los consultorios de las farmacias “son un engaño”. Pues hablando de engaños, ahí tiene uno en su área, decir que la salud de los mexicanos es una prioridad para el gobierno federal.

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