Carlos J. Pérez García

Carlos J. Pérez García. 

Fue complicado explicarlo al auditorio, oigan, aunque este escribano siempre intenta que sea más sencillo de entender. 

La disyuntiva o circunstancia se resume en tres puntos: 1) la popularidad del presidente de México ha disminuido, pero se conserva a un nivel relativamente alto; 2) esto llama la atención no sólo por el mal gobierno que se ve confirmado en la ausencia de resultados positivos, sino también por las perspectivas que podría tener hacia la elección presidencial del 2024, y 3) entre los millones de opositores al régimen actual hay reacciones que van desde alegar que esas encuestas son falsas o están sesgadas, hasta tratar de ver qué sucede para intentar neutralizarlo o compensarlo. 

La mayoría de los presentes reconoció que más vale inclinarse por esta última opción, lo que implica mejorar la comunicación e imagen de los enfoques y partidos de la oposición, y a su vez supone corregir muchos errores y cambiar o robustecer sus estrategias, así como desenmascarar y difundir las claras fallas o mentiras de AMLO y su llamada Cuarta Transformación. Todo ello, ojo, debe orientarse a los grupos más pobres con respeto y sensibilidad, al igual que con frases cortas y muy simples por las vías más adecuadas. 

Además hay que abatir la apatía o desmotivación de la sociedad civil, que hacen más difícil un buen debate público. El ciudadano se tiene que interesar en el futuro del país… pues es posible ver un final hacia mejores cambios (no regresos a fallas) el próximo sexenio, con cierta participación de morenistas que garantice diversidad y estabilidad en el nuevo gobierno. Una exclusión no es viable ni recomendable. 

Es preferible evidenciar ya sus artimañas, a fin de desarrollar correctivos y anticuerpos eficaces. Sin distraerse ni desviarse con sus trampas o estratagemas, eso será también muy útil para alcanzar una victoria contundente… sin visos de confusión o impugnación. 

Bien. ¡Al ladrón, al ladrón! Es el grito orientado a que quienes te ven en un asalto y van a perseguirte, le sigan de largo en otra dirección y puedas librar la captura. En forma similar, cuando te tachan de “mentiroso” hay que repudiar la mentira y los mentirosos, y si insisten en que eres “corrupto” hay que reiterarse en contra de la corrupción y los corruptos (los enemigos, dice), o si te llaman “mañoso e incompetente” hay que lanzarse contra lo que Felipe Calderón tramaba hace una década. 

Y algunos se preguntan: ¿Pero quién se va a creer todo eso ante las evidencias que condenan en tales temas al líder iluminado? Pues resulta que lo creen muchos y por diversas razones. 

Vemos la influencia de la demagogia, el adoctrinamiento, los repartos de efectivo, la renovación de esperanzas… Hay que entenderlo y enfrentarlo, en lugar de perder el tiempo en burlas e insultos que lo hacen “víctima de los ricos” y son contraproducentes. El odio y la ideología no nos van a servir tanto. 

Miren, la estrategia de propaganda goebbeliana (hitleriana, dice alguien) ha sido descubierta y utilizada por los populismos: mensajes cortos; repetidos hasta el hastío; fáciles de entender y asimilar; apelando a lo emocional, no a lo racional; sin mayor profundidad; creando un enemigo común en un discurso “propio”. Así se plantea esto en las redes y ha sido aplicable también a Mussolini, Trump, Perón, Chávez… y, desde luego, López Obrador. 

En realidad, todo ello es bastante eficaz y lo acredita su popularidad en las encuestas, que —como decíamos— muchos opositores no creen, o hasta critican con insensibilidad a los “ignorantes” que veneran al líder. Más bien, diría yo, éstos están desinformados y tienen menor escolaridad, además de que AMLO es muy hábil para mentir y manipularlos. 

Asegura que los neoliberales o conservadores llaman “nacos” o “ignorantes” a millones de pobres… en el primer adjetivo, no ve un problema de educación (sino de raza y pobreza), ni tampoco los considera de baja escolaridad o faltos de información en el segundo calificativo (ya despectivo). Y, en cierta medida, lo adoran porque los acoge en su pueblo bueno y sabio, que dizque le da órdenes directas. 

Cada día advertimos actitudes cínicas que irritan, pero vamos a mantener la serenidad y no perder la perspectiva para ser más eficaces en la defensa del país. Con unidad, inteligencia y humildad, créanme, podemos ganar en 2023 y 2024. 

Eso sí, habrá de ser más sencillo entenderlo, que aceptarlo. Y, aún más, que llevarlo a cabo… con esperanzas y acciones concretas. 

  

[email protected] 

cpgarcieral 

Número de vistas 121

Clima

CIUDAD DE MÉXICO

Hoy no circula

Tipo de cambio

Tipo de cambio USD: jue, 25 Abr.

Lo último

Notas relacionadas