México.-La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 150 minutos de actividad aeróbica a la semana y, si estás aburrido de los habituales ejercicios, podrías probar caminar hacia atrás.

Y sabemos que parece chiste, pero caminar hacia atrás implica un nivel de desafío que trae consigo muchos beneficios por la coordinación de nuestros sistemas visual, vestivular y propioceptivo.

Ello, debido a que esta actividad nos orilla a entrenar a nuestro cerebro, que en un inicio tarda más en procesar las sensaciones vinculadas a movimientos como girar, dar la vuelta o moverse rápido.

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Si ya de por sí mantenernos erguidos requiere de una gran coordinación y concentración, caminar  hacia atrás es como ir al gimnasio para cerebros.

Uno de los beneficios mejor estudiados de ello es que mejora la estabilidad y el equilibrio, además de que:

  • Ayuda con el dolor de afecciones como la fascitis plantar si practicas caminar hacia atrás en una pendiente ascendente o descendente
  • Mejora la resistencia de los músculos de la parte inferior de las piernas y reduce la carga sobre las articulaciones
  • Puede ser beneficioso para las personas con dolor lumbar crónico
  • Hace que tu corazón bombee más rápido activando el metabolismo y quemando un 40 por ciento más calorías en el mismo tiempo
  • Previene lesiones al aumentar la fuerza de los músculos que tienen en balance a la rodilla
  • Con pesos de arrastre de tan sólo el 10 por ciento del peso corporal se pueden lograr mejores tiempos de sprint en atletas jóvenes
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Pero pese a los múltiples beneficios, caminar hacia atrás no es nada fácil, por lo que es mejor comenzar con espacios interiores y ya conocidos para evitar alguna caída.

Eso sí, evita mirar por encima del hombro, mantén la cabeza y el pecho erguidos mientras te concentras en colocar desde la punta del pie hasta el talón.

Una vez con más confianza, puedes acelerar el paso poco a poco hasta subirte a una caminadora o incluso probar con pendientes.