Raúl Flores Martínez.
Para nadie es una noticia que los reclusorios en México, son una especie de bodegas de seres humanos, además de ser el centro de operaciones de diversas organizaciones criminales que se dedican a la prostitución, secuestro, extorsión y venta de droga.
Los problemas que se han generado al interior de las cárceles en las últimas dos décadas, se deben a la sobrepoblación y la lucha por el poder dentro de las prisiones que a su vez generan motines, riñas y fugas de peligrosos delincuentes, ante la nula seguridad de los centros penitenciarios.
La mezcla de delincuentes catalogados como peligrosos (secuestradores, homicidas, narcotraficantes) con primodelincuentes, genera una mezcla explosiva al interior de las cárceles.
Ejemplo contundente son los motines, fugas y riñas que se dieron en el 1 de diciembre de 2021, cuando un comando armado ingresó al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tula de Allende, en Hidalgo para liberar a nueve reos, en octubre de 2022 en el penal de Cieneguillas, Zacatecas para la fuga de siete internos, la más reciente la del primero de este 2023 con 30 fugados en Ciudad Juárez.
Todo esto tiene un origen, que no es desconocido, a pesar de que los gobiernos señalan y aseguran que no existen los “autogobiernos”, que es el resultado de la nula acción de readaptación que hay en los penales, aunado a poder que ejercen las mafias al interior.
Hay datos que llaman la atención, tan solo en la ciudad de México de acuerdo con un informe del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos A.C, en la ciudad de México operan 15 bandas de las más activas dedicadas a la extorsión telefónica desde las cárceles, y nueve más tan sólo en el penal Neza-Bordo.
De acuerdo con la Fiscalía de la CDMX, las llamadas de extorsión que se realizan desde los distintos reclusorios capitalinos se hacen casualmente los días de visita, martes, jueves y sábado.
En los 438 centros penitenciarios del país, se han detectado redes de venta de estupefacientes, prostitución, venta de protección, alquiler de celulares y venta de artículos de primera necesidad a precios exorbitantes.
El poder que ejerce el crimen organizado dentro de las cárceles alcanza para comprar autoridades penitenciarias de todos los niveles en el país. Algunos ceden por dinero otros por amenazas en contra de su familia.
Un caso de corrupción y poder se tiene en el reclusorio Oriente, el cual tiene una capacidad de 6 mil 208 espacios para una población actual de más de 7 mil 972 internos, esto lo coloca en la cárcel más sobrepoblada de toda América Latina.
Así las cárceles, lo peor es que hasta el momento no hay algún estudio oficial, sobre la sobrepoblación y lo que sucede en las cárceles de México. Estos estudios los realiza la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quién casualmente desde 19 a la fecha, no ha realizado ningún informe.
