Raúl Flores Martínez.

La militarización en México, es un tema que desde el inició del sexenio de Felipe Calderón, se ha criticado en distintos niveles; sin embargo, debemos preguntarnos algo que muy pocos lo hacen ¿Qué corporación policiaca nos podría defender del crimen organizado?

Para nadie es desconocido que el poder corruptor del crimen organizado en México ha permeado diversas esferas de la política, administración pública, incluso de la sociedad civil que, en la última década, junto con organismos de derechos humanos, son utilizados como el primer escudo contra las Fuerzas Armadas en Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Puebla, Jalisco, Michoacán y Durango.

De acuerdo con fuentes del gabinete de seguridad del gobierno federal, del 11 de febrero de 2009 a febrero del 2023, se han realizado en México 120 movilizaciones, marchas y bloqueos financiados por las organizaciones delictivas para dejar mal paradas a las Fuerzas Armadas.

Algunas investigaciones que se llevan en proceso por algunas fiscalías estatales y la Procuraduría General de la República, revelan que los pagos a los habitantes que protestan contra las fuerzas federales, van de los mil a cinco mil pesos, dependiendo del estado y la organización criminal.

Una de las organizaciones criminales que han encontrado en algunos funcionarios de organismos de derechos humanos, las asesorías correspondientes para evitar las acciones de los elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México, Defensa Nacional y Guardia Nacional a través de familiares de supuestas víctimas de desaparición forzada por parte de fuerzas federales.

De acuerdo con un recuento periodístico, las primeras movilizaciones y bloqueos financiados por “Los Zetas”, se dieron el 9 de febrero de 2009 cuando decenas de jóvenes encapuchados que se comunicaban vía radio, bloquearon importantes carreteras en Monterrey, Nuevo León, en una serie de acciones altamente coordinadas, paralizando la ciudad de 1.1 millones de habitantes.

Para no variar, el Cártel del Noreste (escisión de “Los Zetas”), utiliza desde el 2018, la misma estrategia de convertir a los sicarios de su organización en hombres de bien con golpes de billetes que reparte un supuesto organismos de derechos humanos en Nuevo Laredo.

Buenos hombres que han estado vinculados con diversos delitos que van desde el sicariato, tráfico de drogas y personas a Estados Unidos, jóvenes que en cuestión de horas, dejaron de pertenecer al brazo armado del CDN a “jóvenes estudiantes” borrando las fotos con las armas de sus redes sociales.

Para los compañeros periodistas que critican el actuar de las Fuerzas Armadas, les dejare un lado para que investiguen quién fue Juan Antonio Beltrán Cruz, alias “Ñejo” o “Neco”, ex jefe de “Los Zetas” en la plaza de Monterrey, quien fue detenido el 24 de noviembre del 2015 con armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas ilegales y 71 mochilas con útiles escolares en su camioneta.

Beltrán Cruz iba supuestamente a vecindarios pobres a fin de “invitar” a padres y jóvenes para que participaran en las protestas para forzar a las Fuerzas Armadas a dejar de hacer operativos contra esta organización.

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