¿Corcholata yucateca?

Alejandro Rodríguez Cortés

Alejandro Rodríguez Cortés*.

Le pregunté al gobernador de Yucatán Mauricio Vila, sobre sus aspiraciones de erigirse como aspirante opositor a la presidencia de la República. Su contestación no tiene desperdicio: me dijo que el político que niegue si le gustaría ser jefe de Estado falta a la verdad.

El mandatario yucateco fue más específico al decirme, claro y llano: “no quiero ser un candidato sin viabilidad y sin posibilidades de ganar; yo quiero ser presidente”.

Nada de lugares comunes o de “darse por muerto”, como lo hizo reiteradamente -mintiendo una y otra vez- Andrés Manuel López Obrador. Eso ya es una ganancia que guiñe el ojo a quienes desesperadamente buscan opciones para enfrentar a alguna de las “corcholatas” que llevan ya una clara ventaja en cuanto a hacer campaña se refiere.

A 14 meses y medio de las elecciones presidenciales, Vila ofrece replicar los resultados que tienen a Yucatán como la entidad más segura del país, con un crecimiento de 7 por ciento anual y potente imán de inversiones industriales, tecnológicas, turísticas y de infraestructura. Incluso Mérida fue, en estos días, sede del evento financiero más importante de México, la Convención Nacional Bancaria, con lo que sin duda alguna muchos voltearon a verlo.

Sin negar su extracción panista, el gobernador yucateco mantiene una fluida relación política con el presidente de la República. Hace suyo el muy cuestionado proyecto del Tren Maya y manda un mensaje de que los dos extremos en que está dividido el país, pueden convivir y aún enfrentarse civilizadamente para definir nuestro futuro.

López Obrador ya lo había mencionado alguna vez en sus provocaciones que diariamente lanza desde el púlpito mañanero, pero el jueves por la noche, al inaugurar la reunión de banqueros, se refirió al propio Mauricio Vila como “presidente”, en un titubeo que inmediatamente el tabasqueño corrigió, aunque después haya bromeado de que acababa de hacer un nuevo destape. Faltaba más, AMLO quiere también ser él el destapador de sus propios adversarios.

El asunto no es simplemente anecdótico. Las opciones conocidas de los partidos de oposición no son claras ni potentes, mientras que la sociedad civil organizada parece olvidar por momentos que para competir por la primera magistratura de la Nación se necesita el respaldo de uno o varios de los vetustos y odiados institutos políticos.

¿Es el joven gobernador una opción? Ya lo veremos, como también seremos testigos de la forma más conveniente de canalizar esa oposición que salió ya dos veces en forma masiva a las calles de México, hacia la única opción ganadora posible: una candidatura común respaldada por las siglas del PRI, PAN y PRD por lo menos, que pueda ser realmente competitiva frente al aparato gubernamental, volcado ya política y económicamente a garantizar la continuidad de la mal llamada Cuarta Transformación.

Las justificables críticas a los partidos tradicionales no deben ignorar, debo insistir, que por el momento su participación en los procesos electorales es condición indispensable para quien quiera competir. Mauricio Vila tendría entonces que convencer a las dirigencias partidistas de que puede ganar, y a la población en general (ojalá y el candidato se elija mediante comicios primarios abiertos), de que él no es como los de antes.

Por lo pronto, ya asomó la cabeza y presumió su primera e innegable virtud: juventud, esa que puede llevar a las urnas los millones de sufragios jóvenes que se necesitan para acabar con esta tragedia de destrucción institucional, matazones, déficit de salubridad y una economía que no crece porque está atada a rancios y anacrónicos postulados ideológicos que cierran la puerta a mayor inversión para generar riqueza.

¡Que surjan más opciones! Todavía hay tiempo, aunque ya no mucho.

 

*Periodista, comunicador y publirrelacionista.

@AlexRdgz

Número de vistas 98

Clima

CIUDAD DE MÉXICO

Hoy no circula

Tipo de cambio

Tipo de cambio USD: mié, 24 Abr.

Lo último

Notas relacionadas