Raúl Flores Martínez.
La desaparición de un ser amado, es una de las situaciones que puede destruir a una familia, que puede incluso dejar en bancarrota a la familia entera o en su defecto, puede llevar a la muerte a la madre o padre.
La historia de la desaparición de Ángel Arreola Alvear, y que responde al nombre de Lilith Saori por ser una chica Trasns, se dio el pasado 2 de enero en Puerto Escondido, Oaxaca.
El calvario de luchar contra un sistema caduco de procuración de justicia aunado con los viejos mitos de las 24 o 48 horas para levantar la denuncia de desaparición, hacen que se pierda tiempo para su localización.
En este caso más a fuerza que por gusto, y porque las leyes así lo dictan, están respetando la equidad de género y las fichas de búsqueda están a nombre de Lilith Saori Arreola Alvear, lo que podría dar puntos a favor de los funcionarios de la Fiscalía de Oaxaca, puntos que de igual manera se les resta por qué no han hecho las indagatorias pertinentes.
Lilith Saori, vive en la ciudad de México y su madre que la busca en la ciudad de Toluca, lo que dificulta la búsqueda de la joven desaparecida, lo que entorpece las investigaciones que por la lejanía de la madre, fue enviada al archivo muerto.
Hasta cuándo las autoridades de los tres niveles de gobierno, crearán protocolos adecuados, donde se dé cabida a las, los y les; sin juzgarlos por sus preferencias.
Quizá los funcionarios, siguen el viejo sistema de ellas o ellos; alguien debe decirles que con el paso de la modernidad las mentes y formas de pensar han cambiado, y que eso debe generar que también se cambien los anticuados protocolos de búsqueda.
Al igual de importante que el banco de ADN, también se deben tener fichas adecuadas con un tercer apartado en donde dice sexo, ya el femenino, masculino deben dar lugar a un tercer o cuarto rubro, todo para poder facilitar las búsquedas que en la actualidad hacen las propias familias.
También deben crearse áreas fortalecidas de atención y búsqueda de víctimas con recursos necesarios para poder desplegar células de buscadores con lo último en tecnología que apoyen a las familias que por el dolor de la ausencia de su ser amado, no tienen la claridad en la mente para pedir el apoyo.
Caso como el de Lilith Saomi, hay miles en el país, en un país donde las ausencias son cada día más fosas clandestinas, son cada día más dolores de cabeza para los tres niveles de gobierno.
