Por. Ah-Muán Iruegas
El reciente siniestro en Ciudad Juárez contra migrantes extranjeros, no puede mas que confirmar un claro sino trágico del presente sexenio. Sexenio de desgracias para el pueblo mexicano.
La primera, inolvidable tragedia al iniciar el sexenio, es la consabida tragedia de Tlahuelilpan, donde fueron quemados, bañados en combustible robado, numerosos oriundos de esa localidad. Mejores escenas dantescas, no pudo haber encontrado la cámara que grabó este “Episodio Nacional”. ¿Cuándo aparecerá el Pérez Galdós de este sexenio?
Aunque México lo que hoy tiene, son tragedias dignas de Esquilo. Como prueba fehaciente de lo anterior, tenemos que en el sexenio de la 4T, se cayó un tren lleno de gente al vacío. Lo cual ocurrió, como lo transmitió la TV mundial, en la Línea 12 del Metro, estación Los Olivos. Que merece, obligadamente, el título de Segunda Tragedia del Sexenio.
La Línea 12 fue construida por Marcelo Ebrard, que no ha sido llamado a declarar por el incidente. Lo mismo que Claudia Sheinbaum, que sigue en el puesto (y aspira a ser presidenta), pero que no sirve ni para dar mantenimiento a unos vagones… En sí mismos, tanto Ebrard como Sheinbaum han sido una tragedia, si no para el pueblo de México, sí para los usuarios del Sistema de Transporte Colectivo.
Pero hasta que no llegue uno de esos dos a ser presidente de México, no lograrán mostrarse como verdaderas tragedias para nuestro desgraciado país, que ha tenido, como todos sabemos, una cauda interminable de corrupción en asignaciones de contratos por todo el gobierno federal. ¿Lograran en la 4T ser peores que los priistas?
En este sexenio de infortunios, casi no hay ningún momento de gloria nacional que pueda aun consignarse, salvo algún desfile militar (o el alarido anual del Jefe del Ejecutivo).
La Tercera Tragedia del Sexenio, que nos deja sin palabras, es la muerte de migrantes en Ciudad Juárez. Muestra a un jefe de Estado acorralado, en desvaríos contra la prensa, sin saber cómo escapar de la responsabilidad por la desgracia.
AMLO se muestra más lejano que nunca del pueblo, cuando su camioneta blanca arremete (a baja velocidad) contra un grupo de gente que clamaba por justicia para los migrantes, durante la reciente visita a Ciudad Juárez. Ciudad en la cual el señor presidente no tuvo ocasión de reunirse con los migrantes heridos ni sus familiares. Se ha reportado que nuestro presidente sólo estuvo con los médicos que atendieron a las víctimas –y no con las propias víctimas de la tragedia-.
Una pequeña tragicomedia de este sexenio, es la política de comunicación social del gobierno federal. Es una política no de información, sino de agresión constante contra los informadores, a quienes ahora el señor presidente tilda de amarillistas, en relación con la tragedia de los migrantes. Que para el gobierno federal puede ser un Titanic…
La Cuarta Tragedia, es muy sencilla, pero distinta de las anteriores. Consiste en que los altos funcionarios de la 4T no alcanzan a ver ni siquiera su propia ineptitud y pretenden reelegirse mediante Claudia, Marcelo, Adán o “los colados” Monreal y Noroña.
Con lo cual, el grupo de incompetentes que nos gobierna, y que ahora nos está metiendo en problemas con los Estados Unidos (la culpa es de Marcelo, que aquí se muestra en toda su incompetencia) continuarán “transformando a México en un panteón”. Y así México podrá seguir aportando al mundo, un ciclo interminable de tragedias.
