Ciudad de México.- Ya entramos en el tiempo de los destapes y de las aspiraciones y, hoy por la mañana, el Diputado Federal Luis Mendoza Acevedo (PAN) compartió con la prensa su aspiración a ser el próximo Alcalde de Benito Juárez de cara a las elecciones del 2024.
Y, dicho sin ambages, Luis Mendoza tiene con qué. Tiene una enorme legitimidad de origen, al ser el representante popular de la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados más votado de todo México: recibó el 70% de los votos en juego en el 2021. Tiene un trabajo parlamentario y de gestión ciudadana con altos niveles de aprobación por parte de sus votantes y de los habitantes de la Alcaldía Benito Juárez. Y tiene el apoyo y cobijo de una fuerte estructura político-electoral a nivel local, ya que pertenece al grupo más sólido y compacto que tiene el PAN dentro de la Ciudad de México: el bastión azul de la Benito Juárez.
Por si fuera poco, ha sabido construir acuerdos y generar simpatías al interior de los otros partidos de la Coalición “Va por México”: es muy bien visto y apreciado por sus pares y por las dirigencias del PRI y del PRD.
Luis Mendoza es el candidato natural de la Coalición “Va por México” para la Alcaldía Benito Juárez… ¡vaya, hasta el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en su principal propagandista! En más de una ocasión, AMLO ha hecho referencia a Luis Mendoza cuando habla del poder de permanencia, de resistencia y de crecimiento de la oposición dentro de la Ciudad de México. Para más dolor del Presidente: Luis Mendoza no nació en cuna de oro ni usó pañales de seda; en sus orígenes está una colonia popular y una familia “aspiracionista” de la clase media.
¿Qué más se necesitaría para una candidatura exitosa? Las aspiraciones de Luis Mendoza son legítimas y realistas, y quien mejor lo sabe es la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Sheinbaum sabe que Luis Mendoza tiene toda para ganar la “gran demarcación azul” y, por ello, quiere arrebatársela al PAN “a la mala”: judicializando la política.
A la vieja usanza del Priato, Sheinbaum and Company han dado rienda suelta a la persecución política y a la fabricación de culpables. Allí está el “cártel inmobiliario” de los panistas benitojuarenses, esperando que esta vez sí le funcione la estrategia del “petate del muerto” mientras busca distraer a la opinión pública de los terribles problemas estructurales del Metro de la Ciudad de México, de la crisis hídrica metropolitana, de los fantasmas del Colegio Rébsamen, de la opacidad de la reconstrucción post-sismo 2017, y hasta de los atentados no resueltos en contra de nuestro compañero periodista Ciro Gómez Leyva y de su mismísimo Secretario de Seguridad, Omar Gacía Harfuch.
Claudia Sheinbaum no supera la pérdida de media Ciudad de México y busca beber sangre fresca, a como dé lugar. Sheinbaum busca descarrilar, como sea, la gran ola opositora de la Coalición “Va por México”. Y hasta dentro de MORENA se preguntan: ¿cómo puede aspirar Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República cuando, por su ineptitud, perdió media Ciudad de México? Por ello, su enemigo natural, las 24 horas del día de los 365 días del año, es y será el bastión azul, núcleo de la oposición en la Ciudad de México.
Viene una ácida lucha de poder: muy bien lo sabe Luis Mendoza, quien, al igual que Santiago Taboada, su natural aliado de bandera y de fórmula, se dice preparado para enfrentar la “guerra sucia” (una guerra desigual) que les han declarado Claudia Sheinbaum y la 4T en la Ciudad de México.
Y, para rematar, Luis Mendoza se pronunció sin miramientos contra la corrupción: cualquier funcionario de cualquier gobierno, de cualquier partido, debe recibir su castigo. Pero ¿por qué la Fiscalía de la Ciudad de México dedica tanto tiempo a “investigar” a los alcaldes opositores y no atiende, por ejemplo, las varias denuncias que Lía Limón ha interpuesto en contra Layda Sansores, ex Alcaldesa de Álvaro Obregón?
Esta historia apenas comienza…
Carlos Arturo Baños Lemoine
