La congruencia de Marcelo y la corcholata despechada

Francisco Garfias

Francisco Garfias.

 La renuncia de Marcelo Ebrard lo pone un paso adelante del resto de las corcholatas de Morena.

Ese acto de congruencia presiona a los otros tres aspirantes que ocupan cargos públicos para que sigan el mismo camino 

  Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la CDMX; Adán Augusto López Hernández, titular de Gobernación, y Ricardo Monreal, jefe de la bancada de Morena en el Senado, se van a tener que ir –temporal o definitivamente–si quieren registrarse oficialmente como aspirantes.  

 Pero lo harán en los términos de la convocatoria para elegir al candidato presidencial de Morena, que el Consejo Nacional de ese partido aprobará, en su caso, durante la reunión que sus integrantes tienen convocada este domingo.

 “Ahí vamos a definir fechas, método, requisitos, para los participantes, todo en un marco de pluralidad, escuchando y recibiendo todas las aportaciones”, aclaró Mario Delgado, presidente nacional de Morena. 

 A la reunión del Consejo están invitados  también Gerardo Fernández Noroña, diputado del PT; y Manuel Velasco, Senador del  PVEM, en su calidad de corcholatas externas.

 El líder máximo del oficialismo, Andrés Manuel López Obrador, es partidario de que las corcholatas se separen de los cargos, según el diario El País.     

 El cotidiano asegura que lo dijo durante la famosa cena en el Restaurante “El Volcán” del centro de la CDMX,  a la que asistieron los cuatro aspirantes y 22 gobernadores de la 4T. Todos sabemos que para los morenos, los deseos AMLO son órdenes. 

 A esa cena, convocada para “apapachar” a Delfina Gómez, gobernadora electa del Edomex, sólo faltó el mandatario de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo. Está enfermo y hospitalizado “para una revisión médica”, dicen oficialmente.

 ***

Marcelo dejará la Secretaría de Relaciones Exteriores a primera hora del lunes 12 de junio. 

Su propósito es dedicarse de lleno ”con  alegría y resolución“ a defender el proyecto que encabeza el presidente López Obrador, dijo en el hotel Hilton Alameda, donde hizo el anuncio de su renuncia.

 Discurso aparte, el canciller se va a dedicar de tiempo completo al propósito de convertirse en el abanderado del oficialismo, en la elección presidencial del 2024.

 “Me separo del cargo y voy a encontrarme con los ciudadanos y ciudadanas,” dijo al hacer el anuncio.  Los gritos de ¡Marcelo! ¡Marcelo!  coreados por decenas de “porristas” que lo rodeaban, no se hicieron esperar.

 Entre los seguidores de Marcelo se encontraban Santiago Nieto, ex titular de la UIF; Marta Delgado, ex subsecretaria de relaciones exteriores.

 Pero también las senadora Malú Micher, los senadores José Ramón Enríquez y Rafael Espino;  el diputado Emanuel Reyes Carmona, entre otros.   

 Desde el pasado mes de diciembre, Marcelo propuso la renuncia de los aspirantes que ocupen cargos públicos.  Piso parejo obliga. Nadie lo peló entonces.

Hoy su principal problema es que se le atraviese el gran elector y su dedo apunte hacia otra (o) aspirante.

AMLO ya se comprometió a no inclinar la balanza a favor de nadie. “Nada de tapados, nada de dedazo, nada de destapes, nada de imposición”, dijo en la mañanera de ayer.

¿Le creemos? La memoria nos da derecho a la duda, sobre todo si eligen como método para elegir a la candidata (o) la encuesta casera.

Allí está la medición interna que hizo a Claudia Sheinbaum candidata a la jefatura de gobierno de la CDMX en 2018. Ricardo Monreal encabezaba todas las encuestas, menos la de casa.  Quedó cuarto en la interna.

También hay dudas en la que hizo candidato presidencial del PRD al propio López Obrador frente a Marcelo, en la elección del 2012.

***

 Mario Delgado atribuyó a “la traición de un personaje que arrastró al PT” (Ricardo Mejía Berdeja), la paliza que le dieron a Morena en Coahuila.  La Alianza opositora se llevó carro completo. 

 Morena perdió la gubernatura. No ganó un sólo distrito en la elección de diputados locales. (Mejía Berdeja) “salió peor que los Moreira”, aseveró el presidente de Morena.      

 ***

 Gerardo Fernández Noroña se comportó ayer como corcholata despechada. Está sentido porque no lo invitaron a la cena del presidente López Obrador en El Volcán. 

 “Como dice el compañero presidente: mi pecho no es bodega y no dejaré de señalar un trato incorrecto, inadecuado, injusto, entre compañeros del movimiento”, dijo en rueda de prensa, celebrada en el Senado. 

 Y preguntó en tono decepcionado: ¿Cómo se puede construir la unidad con la exclusión de uno de los aspirantes? 

  Mario Delgado buscará hoy a Noroña para explicarle el motivo de la cena con el presidente.

FIN.

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