El feminismo y el “trauma del padre”

Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

Hace una semana se celebró el Día del Padre; un día que cada vez saca más ronchas en una sociedad bombardeada por las sandeces propias de la “ideología de género”, esa extraña mezcla de feminismo y rollo LGBTIQ+. La “ideología de género”, huelga decirlo, pretende convertirse en parte sustancial del dogma oficial de un nuevo Estado totalitario, para lo cual cuenta con un enorme apoyo por parte de instituciones públicas, partidos políticos, medios masivos de comunicación, universidades, empresas privadas, ONGs, personajes famosos, etc.

El Día del Padre causa especiales resquemores al interior de la mitología feminista, ya que por las venas de las feministas corre un trauma muy acentuado con respecto a la “figura del padre”. A tal grado ha llegado el poder putrefactor de este trauma que el feminismo lo ha tomado como materia prima para inventar una fantasmagoría a la que llama “patriarcado”, una especie de monstruo invisible o de demonio chocarrero que “ha oprimido a todas las mujeres a lo largo de la historia de la humanidad”.

Las feministas, traumadas por la “figura del padre”, proyectan su molestia a toda la sociedad y a toda la historia, trasladando así su frustración ante padres concretos hacia un imaginario “papá grandote”, que es digno de todo su odio y todo su rechazo. Y, así, las feministas justifican su papel de víctimas y sus estrategias de chantaje social.

Imagínense el grado del trauma que sufren las feministas con respecto a la “figura del padre” que incluso instituciones parasitarias, dogmáticas y totalitarias, como el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), han “exhortado” a las escuelas de nivel básico a “replantear sus festividades conmemorativas con motivo del “Día del Padre” en las que se exalta un único modelo de familia”.

Las instituciones públicas al servicio de la dogmática y totalitaria “ideología de género”, como el COPRED, buscan sacar provecho del trauma feminista con respecto a la “figura del padre”. Seguro que no tardan en decir que el “Día del Padre” debe eliminarse por constituirse éste como un “discurso de odio contra las familias lesboparentales”.

Nos queda claro que, afectada por su brutal ignorancia, la mitología feminista sigue sin comprender la importancia de una de las más trascendentes instituciones jurídico-sociales del mundo occidental: la gran institución del pater familias, que pasó del Derecho Romano a la Cristiandad y de la Cristiandad al Derecho Moderno.

Dichosas las familias que han gozado de un pater familias que cumple con sus funciones básicas de proveedor y protector. Y, justo por esto, entendemos el trauma que afecta a muchas feministas, que quizá llegaron al mundo sin siquiera recibir el apellido de su progenitor, ya no digamos una pensión alimenticia; y que, además, tienen que soportar todos los días las cantaletas de sus madres resentidas por el abandono del macho que las preñó.

Facebook: Carlos Arturo Baños Lemoine

Twitter: @BanosLemoine

YouTube: Carlos Arturo Baños Lemoine

Instagram: banos.lemoine

https://banoslemoine.wordpress.com/

Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.

Número de vistas 308

Clima

CIUDAD DE MÉXICO

Hoy no circula

Tipo de cambio

Tipo de cambio USD: lun, 6 May.

Lo último

Notas relacionadas

Violadores: Morena los apoya

FacebookTweetPrint Por. Ah-Muán Iruegas El obradorismo se autopromociona a partir de la honestidad o calidad moral del señor presidente. El cual cuestiona la calidad moral

¡Los ataques desde el gobierno!

FacebookTweetPrint Por. Raúl Flores Martínez La polarización que se está dando en el país está afectando a la sociedad en general, decenas de muertos por

Memoria del andante

FacebookTweetPrint Por. Miguel Ángel Sánchez de Armas Para Claudia y para Ervey, con la gratitud de quienes lo quisimos.   Leni, mi amigo desde 1973,