Carlos Arturo Baños Lemoine.
De hecho, la Cuarta “Transtornación” Mental se tardó: la verdad es que esperábamos que los nuevos libros de texto para la educación básica salieran en el primer trienio de este fatídico y aborrecible sexenio. Pero, por lo visto, aparte de “transtornados” los zombies de la 4T son individuos de lento aprendizaje; digo, ya que estamos hablando de educación.
Y miren, ustedes, que hay que comenzar por lo más elemental al respecto: la diferencia entre educación y adoctrinamiento.
La educación consiste en la transmisión de saberes y procederes para desarrollar las facultades intelectivas, emotivas y volitivas del ser humano, a fin de que éste comprenda causalmente la realidad que lo rodea y pretenda influir sobre esta misma realidad a fin de conseguir una vida cada vez más satisfactoria. En tanto, el adoctrinamiento consiste en inocular en los individuos, de forma sistemática y autoritaria, las ideas que les resulten más convenientes y funcionales a los detestables granujas que suelen ocupar los altos cargos públicos y privados; donde estas ideas casi siempre son falsas y socialmente perniciosas.
Y sí, hay que decirlo: nuestro sistema educativo nacional, desde hace muchas décadas, está sustentado más en el adoctrinamiento que en la educación. Así de jodida es nuestra vida social. Pero resulta que en tiempos de la Cuarta “Transtornación” Mental, el adoctrinamiento se ha acentuado, a tal grado de que los nuevos libros de texto para el sistema escolarizado a nivel primaria son una verdadera mierda. No he terminado de revisarlos, pero ya puedo concluir que son una verdadera mierda.
¿Cuál es la intención fundamental de los nuevos libros de texto de la podrida Secretaría de Educación Pública (SEP) a nivel primaria? Respuesta simple: inocular, en las mentes de los pequeños, cautivos, sumisos y acríticos estudiantes de primaria, las mayúsculas pendejadas del marxismo y de sus hijos bastardos, de sus venenos sucedáneos, como son: el keynesianismo, el estatismo, la teoría de la dependencia, la antipsiquiatría, el feminismo, el anticolonialismo, la pedagogía del oprimido, el abolicionismo penal, la epistemología del sur, el indigenismo, el animalismo, el ecologismo, la diversidad sexual, etc. Vómitos ideológicos que, hoy en día, se agrupan en esa basura mental conocida como “subalternidad”.
Basta con hacer una revisión crítica a vuelo de pájaro para comprobar que los nuevos libros de texto de la SEP son una suma de aberraciones y tonterías, comenzando por los errores ortográficos y lógicos que contienen. Sólo gente dogmática y sumisa, con pésima formación intelectual y espíritu de esclavo, puede aprobar y aplaudir los nuevos textos de la SEP para la escolaridad a nivel primaria de este país.
¡Pero qué podríamos esperar de un gobierno que tiene como líder a un dictador comunista y decrépito que, ante la crudeza de la realidad, siempre aduce tener “otros datos” mientras se somete a la delincuencia organizada “en nombre del amor y de la justicia”!
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