Carlos Arturo Baños Lemoine.
Hace quince días, “La Wendy” ganó el concurso llamado La casa de los famosos, producido por las empresas Endemol y Televisa. Se trata de un varón travestido; de un tipo con implantes mamarios; de un varón que ni siquiera se ha mutilado el pene.
Cada quien su vida, pero su triunfo dizque potenció la causa de la “diversidad sexual”. Y así vimos a muchos fanáticos festejando el triunfo de “la comunidad LGBTIQ+”, pese a que “La Wendy” ha dicho que no se considera mujer, sino un extraño híbrido: mitad varón, mitad mujer. Así el desorden mental de nuestros tiempos.
Y allí estuvieron todos los medios masivos de comunicación colgándose de “La Wendy”, quien ya tiene muchas ofertas comerciales porque “el negocio es el negocio”. Yo pronostico que, en solitario, “La Wendy” no tendrá tanto éxito; de hecho, yo pronostico que, en solitario, “La Wendy” será un fracaso.
Pero resulta que, una semana después del triunfo de “La Wendy”, una “mujer trans” recluida en el Penal de Chalco, Estado de México, violó sexualmente a una reclusa. Claro, porque debido a las más recientes y estúpidas reformas legales y judiciales de este país, si un varón se “autopercibe como mujer” debe ser tratado como mujer. Sí, a este grado ha llegado la imbecilidad de este país; todo gracias a la “ideología de género”.
El violador, que es un varón biológico con antecedentes de violencia sexual, exigió ser tratado como mujer y por eso lo mandaron a un penal de mujeres. Ese varón biológico aprovechó las estupideces de nuestro sistema legal-judicial y, en la celda que le fue asignada, violó a una de sus compañeras: la penetró sexualmente a la fuerza.
Esta magna y esquizofrénica estupidez, me refiero a la “ideología de género”, que incluso ha sido avalada por la Suprema Corte de “Inmundicia” de la Nación, ha contaminado a todos los espacios públicos y privados de este país; así que ya saben a quién agradecerle o reclamarle lo que ha pasado, lo que está pasando.
Por supuesto que las primeras quejosas ante tan repugnante acto fueron las feministas TERF (trans-exclusionary radical feminist), que consideran que los varoncitos travestidos, hormonados y sometidos a cirugías sexuales no son más que enemigos del feminismo, no son más que “impostores” que denigran “la causa feminista”.
Lo he dicho antes y lo vuelvo a decir ahora: la “ideología de género” termina, siempre, en un callejón sin salida, porque equivale a una serpiente que se muerde la cola.
Pero sigan apoyando ustedes a los partidos políticos, a los gobiernos, a los congresistas, a los medios masivos de comunicación, a las universidades, a las ONGs y a las personalidades que apoyan a la “ideología de género”… ¡sigan mostrando su estupidez, si son tan amables!
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Esta videocolumna de análisis, crítica y opinión es de autoría exclusiva de Carlos Arturo Baños Lemoine. Se escribe y publica al amparo de los artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Cualquier inconformidad canalícese a través de las autoridades jurisdiccionales correspondientes.
