Raúl Flores Martínez.
Hasta dónde llegará el crimen organizado en México qué ya perdió el miedo a las autoridades, claro ejemplo son nuevamente los contingentes de camionetas repletas de sicarios en diversos estados del país para enfrentarse contra otras células opuestas de la maña, bajo el manto de la impunidad.
Ya la delincuencia está desatada, la organizada y la común, desatados contra la sociedad que a pesar de que diferentes medios de comunicación y organizaciones sacan periódicamente notas o campañas para evitar ser víctimas, siguen cayendo por la necesidad de tener dinero.
Hace algunos meses en este espacio le explicaba el modo de proceder de algunos artistas de la defraudación, hoy me llega el caso de estos préstamos gota a gota a través de las aplicaciones de celular, qué después de hacer los depósitos, se inician los cobros excesivos con amenazas de muerte o difamación.
Así es la maquinaria de estos artistas de la defraudación que no tienen rostro, solo voz con acento extranjero, así es de Colombia y Ecuador con números celulares de otras naciones que aterrorizan a sus víctimas, qué caen en la tentación de los préstamos fáciles y sin tanto papeleo.
Ya sé sabe del modo de operar de estos delincuentes, los números telefónicos, pero no sé sabe la forma de investigar de las autoridades, qué bajo el pretexto de la secrecía no informar, mientras estas redes delincuenciales siguen creciendo en México.
Lo mismo pasa con los Consejos Ciudadanos de todo el país, incluyendo el de la Ciudad de México que piden y piden que se reporten los números, estos van directamente a una hoja para engrosar, darlos a conocer y ahí queda la famosa ayuda.
Hasta cuándo estos buitres del gobierno, de los tres niveles de gobierno se pondrán a trabajar en estos pequeños detalles de la delincuencia común a la par de la organizada, a la cual le han dado toda la libertad y permisividad para estafar, robar, matar sin pagar por sus delitos.
¿Hasta cuándo? Hasta cuándo se tendrán los resultados, hasta cuándo se darán a conocer los rostros de estos delincuentes que bajo la protección de los delincuentes de Derechos Humanos no pueden ser conocidos sus rostros y nombres; delincuentes que no se tientan el corazón para estafar o matar a sus víctimas, pero ellos sí tienen la protección de los Derechos Humanos, los delincuentes Godínez.
