Raúl Flores Martínez.
Lo comentábamos ayer en este espacio, esa libertad que tienen los delincuentes en México no tiene límites, no tienen ese miedo a la ley por el permiso que dieron las autoridades, basadas en la fracasada estrategia de los abrazos y no balazos.
México el país de las fosas clandestinas, también ya es el país de los enfrentamientos entre células criminales, del cobro de piso a campesinos que, cansados de ser robados en sus propias tierras, han decidido aplicar su propia ley ante la nula acción de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Ayer campesinos del municipio de Texcaltitlán en la zona sur del Estado de México, hartos de que las células de la Familia Michoacana, les cobrarán una cuota por cada metro cuadrado de su tierra para la siembra, se confrontaron hasta la muerte.
Esta violencia generada por el crimen organizado, llevó a la muerte de 11 personas, 8 sicarios y 3 de los integrantes de la sociedad de este municipio, 11 muertes que son el resultado del valemadrismo del gobierno de la Cuarta Transformación, qué a más de cinco años de gobierno, no han logrado frenar la inseguridad rampante.
Cuántos enfrentamientos entre ciudadanos y delincuentes debe haber, cuántas muertes más para que los funcionarios, diputados, senadores y políticos rémoras de la Cuarta Transformación, sean autocríticos y exijan seguridad, esa que tanto se pregonó en la campaña del Presidente miedoso.
Cuál será la excusa para el miedoso de Palacio Nacional para evitar hablar de este tema en su mañanera, qué pretexto pondrá o acaso tendrá la desfachatez de mencionar que los campesinos muertos, se lo buscaron por no querer pagar el cobro de piso, aunque se diga de broma, es capaz de decir eso.
No es un secreto que la colindancia que la zona sur del Estado de México con Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Michoacán y la Ciudad de México, crea un corredor muy jugoso para las distintas organizaciones criminales qué se han establecido en algunos municipios de la zona.
Algo que llama la atención, son los informes de inteligencia que han trabajado desde hace años, el área de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México, que da a conocer con santo y seña, la migración de las células delictivas de Michoacán a esta parte de la entidad mexiquense.
Cuatro grupos son los que se disputan los municipios de la zona sur mexiquense, los Caballeros Templarios, la Familia Michoacana, Guerreros Unidos y el Cártel Jalisco Nueva Generación, qué buscan a toda costa adueñarse de las tierras, casas y negocios de los municipios sureños.
Nuevamente se tienen muertos en esta zona conflictiva, muertos que se unen a la de decenas de policías que han perdido la vida en emboscadas de las células criminales, muertes que siguen y se seguirán dando en esta administración del cambio de la Cuarta Transformación.
