Raúl Flores Martínez.
Cuando se habla o se escribe de Tamaulipas, siempre viene a la mente un estado de violencia y crimen organizado qué se trata de disimular con supuestas buenas obras y programa sociales perfectos, la realidad es distinta.
El secuestro de los 31 migrantes en Tamaulipas, no es una noticia nueva, para ellos es necesario retroceder en el tiempo, los secuestros de migrantes siempre han existido en este estado del país.
Retrocedamos al 22 de agosto del 2010 en el ejido El Huizachal en el municipio de San Fernando, Tamaulipas un grupo de 72 migrantes de Sudamérica y Centroamérica, fueron secuestrados, después asesinados por la espalda, y sus cuerpos fueron apilados y abandonados a la intemperie, acelerando con ello su proceso de descomposición.
Estos son los secuestros masivos en Tamaulipas que han dejado conmoción en el país y la movilización de decenas de elementos de los tres niveles de gobierno para tratar de localizarlos en una entidad dónde mandan el Cártel del Golfo y El Cártel del Noreste.
Sin embargo, paralelamente a los secuestros de migrantes, también están el secuestro se mexicanos que circulan por las carreteras de Tamaulipas, como es el caso de Daniel Galindo Acosta y su cuñada Karla Cruz García quienes vivían por temas laborales en Reynosa, Tamaulipas decidieron visitar a sus familiares que radican en Veracruz el pasado 21 de abril del 2011.
Han pasado casi 12 años y nadie sabe de su paradero, como siempre las familias de los ausentes continúan la búsqueda, donde las autoridades de Tamaulipas y Veracruz en sus investigaciones tienen muchos vicios, uno de ellos ocultar el auto en el que viajaban Daniel y Karla.
Así cómo lo está leyendo, este auto que tenían en su poder unos “jóvenes” que e estado de ebriedad circulaban a toda velocidad en Reynosa, que fueron detenidos, liberados y el auto directamente al corralón sin que los agentes ministeriales revisaron la matrícula y modelos de la unidad que tenía reporte de robo.
Es así como en Tamaulipas se mueve la impunidad de los grupos criminales, quienes, por la difusión de la noticia en los días anteriores, decidieron abandonar su botín de 31 migrantes secuestrados; es claro, que no hubo investigación, solo basto una llamada anónima para saber dónde estaban ubicados, llamada que hizo la propia maña.
No es novedad que Tamaulipas, narcotamaulipas es una de las entidades dónde se da más el secuestro de migrantes, dónde el secuestro, ejecución, desaparecidos y fosas clandestinas, son muy comunes en una vida cotidiana de crimen organizado y autoridades que voltean hacia otro lado ante estos hechos.
