Violencia entre homosexuales

Carlos Arturo Baños Lemoine / Ciudadano Cero

Carlos Arturo Baños Lemoine.

Ayer, la mujer “trans” Paola Suárez fue dada de alta después de la supuesta agresión que sufrió por parte de su pareja homosexual, y también prometido, de nombre José de Jesús Castro. Paola forma parte de “Las Perdidas”, un trío de “mujeres trans” que saltó a la fama por sus picarescas intervenciones en las redes sociales. Es amiga de “La Wendy”, quien recientemente ganó el concurso de La Casa de los Famosos, transmitido por Televisa. La tercera “perdida” es Kimberly.

Como suele suceder en estos casos, la historia es confusa y, por supuesto, al menos tiene dos versiones. Por boca de “La Wendy”, la noche del pasado 10 de enero nos enteramos de que, a pocas horas de anunciarse el compromiso matrimonial entre Paola Suárez y José de Jesús Castro, éste había agredido brutalmente a Paola cuando la “perdida” le reclamó a su novio un supuesto robo. Por su parte, José de Jesús dijo que, estando los dos drogados, Paola intentó ahorcarlo y que, en el forcejeo, la “perdida” se cayó y golpeó causándose ella misma las visibles lesiones. Y ya saben: empieza todo el rollo judicial.

Lo más jodido de todo este asunto de violencia entre homosexuales es que medios periodísticos y figuras públicas afines a la “ideología de género” salieron a denunciar esta supuesta agresión como un acto de “homofobia”. Otros hablaron incluso de “transfobia” y de intento de “transfeminicidio”. Y no faltaron los descerebrados que adujeron que esto sucedía a causa del “discurso de odio” que el “patriarcado machista, capitalista y hetero-normativo” reproduce todos los días en contra de la “comunidad” LGBTIQ+3.1416.

O sea, que se madrean entre homosexuales… ¡pero la culpa es de los heterosexuales!

Por más evidencia empírica que demuestra la violencia entre homosexuales, la culpa siempre debe recaer en los heterosexuales. Se trata de un dogma funcional del rollo “diverso-sexual”. El mismo dogma que se trató de aplicar cuando el homosexual travestido Ociel Baena, alias “El Magistrade”, fue asesinado con saña y crueldad por su novio homosexual Dorian Daniel Nieves. Buscándole chiches a la serpiente, medio mundo quería que, a fuerzas y contra toda la evidencia empírica recabada por los peritos, el asesinato de Ociel Baena fuera declarado “crimen de odio contra la comunidad”.

Las mentes obnubiladas que, por sentirse muy “progres”, se han tragado enterito todo el rollo “diverso-sexual” se resisten a aceptar la violencia que existe entre homosexuales: violencia que es mucha. Y podríamos citar, por ser del dominio público, la violencia de todo tipo que han sufrido, por parte de otros homosexuales, personalidades homosexuales como Freddie Mercury, Elton John, los “Locomía”, Mitzy, Fabián Lavalle, Alejandro Tommasi, Christian Chávez, Miguel Bosé, Ricky Martin y un largo etcétera.

Así que dejemos de ver la realidad con un solo ojo: con el ojo sesgado y anti-científico de la “ideología de género”. Hay mucha violencia entre homosexuales y es momento de destaparla, aunque con esto quede muy abollado el mito ése del “Orgullo Gay”.

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