Davos (Suiza).- El Foro Económico Mundial de Davos celebra a partir de hoy su 54º edición en un contexto internacional más sombrío que de costumbre, con dos conflictos armados que tienen repercusiones geopolíticas y económicas mucho más allá de las fronteras de los países implicados y un entorno económico global muy incierto.
La cita de Davos no sólo es la primera gran cita anual que marca la pauta de las expectativas y los temores para el resto del año, sino también la única cumbre público-privada de alcance mundial, en la que los responsables políticos y los dirigentes empresariales que mueven la economía mundial dialogan sin grandes protocolos y una naturalidad imposible en cualquier otro entorno.
Cada año los organizadores escogen un lema que guiará los debates y reflexiones. Hace exactamente veinte años el lema fue “Construyendo la confianza” con los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos muy frescos en la memoria, y este año el Foro de Davos ha recuperado ese lema llevándolo más lejos; “Reconstruyendo la confianza”.
La confianza se ha convertido en un capital huidizo, con las democracia y sus valores que tiemblan en varias partes del mundo, sociedades cada vez más decepcionadas de sus líderes y una situación económica internacional que abona a la incertidumbre de los trabajadores y golpea las esperanzas de los pobres de salir de su condición.
EFE