Carlos Arturo Baños Lemoine.
El próximo miércoles 07 de febrero, el Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación dictará sentencia con respecto a un caso que involucra a la valiente y aguerrida Diputada Federal Teresa Castell (PAN).
Esta legisladora ha sido una activista acuciosa, congruente y sistemática en contra de la “ideología de género”, específicamente del “transfascismo”, es decir, de la ideología dogmática y totalitaria que pretende imponerle a toda la sociedad los desvaríos mentales de las personas que tienen problemas con respecto a su propia identidad sexo-genérica: varones que quieren ser considerados legalmente como mujeres y mujeres que quieren ser consideradas legalmente como varones.
Comencemos por lo elemental. ¿Qué es una mujer “trans”? Es una entidad individual de la especie humana que, a través de aberrantes artilugios jurídicos, debe ser considerada como “mujer” sin serlo realmente. Dígase lo mismo de un varón “trans”, mutatis mutandis.
En este espacio somos muy respetuosos del Derecho vigente, por eso trataremos como “mujer” al varón que se autoperciba como tal mientras la norma jurídica así lo establezca; pero, acto seguido, pasaremos a criticar esta estúpida norma jurídica y buscaremos, a través de los medios que establece la democracia y la civilidad, derogar o abrogar dicha norma.
¿Por qué debemos derogar o abrogar la norma jurídica que impone el desvarío “trans”? Pues porque esta norma pasa por encima de la naturaleza, la objetividad, la ciencia, la lógica y hasta del sentido común. La justa ley es la que se acompla a la realidad de las cosas y al conocimiento objetivo de las mismas, no la que se somete a los caprichos subjetivistas y fascistas que tienen personas con severos desequilibrios psicoemocionales.
La legisladora panista Teresa Castell se adscribe al grupo TERF (trans-exclusionary radical feminist) y, por ello, se opone a la “impostura” de las personas que quieren asumir un sexo, un género, que no les corresponde. Y vaya que la diputada ha tenido que pagar un precio muy alto por ello, al grado de ser agredida y maltratada por varones que se ostentan legalmente como mujeres, como las “diputrans” federales “Salma Luévano” y “María Clemente”, ambas de MORENA.
¡El mundo al revés, mis amigos! Y ahora resulta que un varón puede agredir y violentar a una mujer si dicho varón se autopercibe como “mujer” y si las normas jurídicas avalan, estúpidamente, esta aberración epistemológica, lógica y jurídica.
Es bueno para México que existan mujeres aguerridas como la Diputada Federal Teresa Castell, porque ha llegado el momento de que este país se dé cuenta de todas las insensateces y aberraciones que subyacen a la “ideología de género”. ¡Todo mi apoyo, por supuesto, para la Diputada Federal Teresa Castell!
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