Francisco Garfias.
Xóchitl Gálvez llegó hasta las instalaciones de INE en bicicleta, su vehículo de transporte preferido. Algo así como el Tsuru de López Obrador en sus tiempos de Jefe de Gobierno, pero sin Nico.
Era el día de su registro como candidata presidencial de la Coalición Fuerza y Corazón por México. La esperaba un auditorio repleto de opositores que la recibieron con gritos de “¡Pre-si-den-ta! ¡Pre-si-den-ta!”.
En ese coro participaron Marko Cortés, PAN; Alito Moreno, PRI; y Chucho Zambrano. PRD, quienes, dijo la candidata, “abrieron sus procesos internos para que una ciudadana, sin militancia partidista, sea inscrita como candidata presidencial”.
Una escena inimaginable hace apenas seis años.
Fue un acto sencillo, rápido y apegado a las normas. No había lugar para mítines, ni fiestas.
La muerte de su amigo, Carlos Urzúa, apenas un día antes, obligaba al recato. Por él, Xóchitl pidió –y se guardó– un minuto de silencio.
Le dedicó el inicio de su intervención en el auditorio del Instituto. “Carlos tuvo la enorme valentía de ser fiel a sus convicciones para romper con el presidente y convertirse en uno de sus críticos mas punzantes y elocuentes”, contrastó.
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El de Xóchitl fue un buen discurso. Lo aprovechó para jalar de la palanca de alarma, a 102 días de la elección más grande que jamás haya tenido México.
Más de 20 mil cargos estarán en juego el próximo dos de junio en una coyuntura que se perfila riesgosa, no sólo por las tentaciones autoritarias de tabasqueño, sino por la permisividad del régimen con el crimen organizado.
Sobre esos riesgos la candidata opositora alertó:
“El INE y el Tribunal Electoral deben estar atentos de los instintos autoritarios y el activismo partidista del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El INE y el Tribunal Electoral deben de asumir su responsabilidad histórica frente a un hombre que olvidó la Jefatura del Estado para asumir las tareas coyunturales de una jefatura de Campaña”.
La opositora recordó que los magistrados del Tribunal Electoral ya advirtieron que una situación de violencia generalizada, puede derivar en la anulación de los comicios.
“Hoy el crimen organizado controla vastos territorios del país. El gobierno no debe permitir que ese control territorial trastoque la voluntad ciudadana”, puntualizó.
Ya encarrerada, Xóchitl recordó al “señor presidente” ya no estará en la boleta electoral.
“Si usted es un demócrata, debe estar preparado para su derrota… por respeto al pueblo, saque ya las manos de esta elección”, pidió.
Pero no se engaña. Sabe, y lo dijo, que AMLO es un mal perdedor:
“Cuando ha perdido una elección señala fraude y hasta cuando gana, como en el 2018, se queja con amargura de las autoridades que certificaron su triunfo.”
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El día de ayer fue de sorpresas en la política. La senadora de MC, Patricia Mercado, anunció que abandona la campaña presidencial del candidato del partido naranja, Jorge Álvarez Máynez.
“He concluido mi responsabilidad en la coordinación del programa de gobierno “una nueva visión del país” en la campaña presidencial de Movimiento Ciudadano”, escribió en redes sociales.
Y dejó ver sus diferencias con el mandamás de Movimiento Ciudadano:
“A partir de hoy dejo también de ser vocera de la campaña, debido a que hay decisiones del partido que me son ajenas y no puedo ser yo quien las defienda.”
Llama la atención que Mercado haya anunciado su decisión un día después de que el partido naranja formalizara las candidaturas al Senado de Sandra Cuevas, alcaldesa en Cuauhtémoc; y Alejandra Barrales, ex senadora del PRD; y de Gibrán Ramírez a la Cámara de Diputados.
Parece que a los militantes de “la nueva política” no les gusta que su dirigencia eche mano de la “vieja política”, y arrope con candidaturas a ex militantes de otros partidos.
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Otra sorpresa la dio Alejandra del Moral, ex candidata del Frente Amplio al gobierno del Estado de México. Renunció a la candidatura pluri del PRI a diputada federal, que tenía asegurada
En una carta que le envió al presidente de su partido, Alejandro Moreno, la ex candidata explica:
“He decidido no participar y abrir la posibilidad a que una mujer joven, mexiquense y militante tenga la oportunidad de participar en mi lugar. Fue precisamente así como yo inicie mi vida política”, señaló.
Y le mandó un mensaje a los que ya dicen que se va a Morena. “He sido, soy, y seré priista por convicción. Nunca por conveniencia. No tengo mayor orgullo que ser priista”, subrayó.
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Ya que estamos: La dirigencia nacional de Morena debería de poner atención a los pleitos que hay entre sus militantes, luego de los procesos internos para elegir candidaturas. “Se impusieron las cuotas sobre las encuestas”, nos aseguran morenistas de Hidalgo.
Aquí el problema es que con la cuota de género no pocos se quedaron vestidos y alborotados.
FIN.
