Por. Ah-Muán Iruegas
La autoridad ha prohibido a la candidata opositora Xóchitl Gálvez, referirse al partido oficialista Morena como “narco partido”. Es decir, le prohíbe vincular a Morena con el narcotráfico. Pero Morena le es cuando menos muy funcional al narco.
Eso no le conviene a México. Lo anterior, con independencia de si los morenistas tienen o no “principios e ideales”, si son o no son iguales, si son o no son transformadores o cualquier pretexto que se les llegue a ocurrir.
La pedestre frasecilla de “Abrazos, no balazos” es un simplón aforismo que esconde la permisividad que el gobierno del presidente López Obrador tuvo con el narcotráfico. El narco domina la tercera parte del territorio nacional.
Los indicios de vínculos con el narco con Morena, son demasiados como para seguir atendiendo las excusas o las explicaciones del gobierno de AMLO. Algo le pasa a Morena con el narco; pues no lo combate. Lo toleran.
Si nuestro ejército captura a los delincuentes, pero el presidente los libera, entonces ¿a qué estamos jugando?
El señor presidente López Obrador visitó seis veces el pueblo de Badiraguato, capital del Cártel de Sinaloa. El genio de Macuspana pensó que eso no despertaría sospechas. Que son, desde luego, solamente sospechas.
Pero las sospechas cambian de nombre cuando el que sospecha es la DEA. La DEA soltó la filtración inicial sobre las aportaciones del narco a una campaña presidencial de AMLO, a tres medios internacionales que le compraron la historia.
Así comenzó a hacerse pública la versión de que Morena es un “narco partido”. Con una filtración de una agencia del gobierno de los Estados Unidos. Entonces ya no hay solo sospechas, sino una actitud hostil de esa agencia hacia AMLO y una política deliberada de ataque contra el gobierno de Morena.
La especie del narco partido se ha extendido por todo México porque hay muchos indicios.
Los indicios no son exactamente pruebas con validez legal. Pero sí tienen un efecto enorme en la opinión pública.
Y ahora, el presidente, su gobierno y el partido Morena -y ahora hasta el INE, que siempre termina apoyando al oficialismo-, tienen que estar luchando contra lo que ellos llaman “una calumnia”.
Pero para saber si se trata de una calumnia, primero se tiene que investigar qué está pasando. Y el gobierno no lo ha hecho. Lo cual despierta aún más sospechas.
Hay fotografías de la alcaldesa de Chilpancingo, Guerrero, con narcotraficantes. La propia gobernadora de ese desgraciado estado, se casó con un miembro de una familia de narcotraficantes.
A la señora Sheinbaum la acusó un miembro de su propio partido en Colima, quien asegura que le consta que la campaña de “La dama de Hielo” recibió ya dinero del narco. Todo esto lo debe estar ya investigando …. la DEA. Pues en México, el propio gobierno jamás va a investigar a su candidata.
La periodista Anabel Hernández también denunció que el candidato de Morena, Pedro Haces, es el contacto de Claudia Sheinbaum con el narco. Incluso su libro dice que Claudia recibió droga como pago en especie, por dejar que la droga saliera del Aeropuerto de la Ciudad de México.
El libro, llamado “La Historia Secreta”, dice que el chófer de AMLO y un tal señor Caballero recibieron dinero del narco para la campaña presidencial de 2006 del hoy mandatario. También habla de vínculos de un sobrino de AMLO con los narcotraficantes.
La distribución de ese libro, fue saboteada por el gobierno, que impidió que se publicitara al público general el texto de Hernández. ¿Por qué hicieron eso? ¿algo temen? ¿algo esconden?
Por todos lados hay indicios de los vínculos de Morena y el narco. Y mientras no se investiguen dichos indicios, seguirán teniendo efectos informativos o políticos esos indicios.
Un efecto mayúsculo es que la DEA va a estar contra el gobierno de Claudia Sheinbaum -si ella gana la elección presidencial. Lo cual va a meter en más problemas a nuestro país. La propia filtración a Pro Publica y Deutsche Welle muestra que la DEA quiso hacer daño al partido Morena y a su candidata Claudia Sheinbaum.
La oposición fue ya a denunciar al gobierno en la OEA, por vínculos con el narcotráfico. Y los recibió el Secretario General, Luis Almagro.
No defiendo a la OEA, porque los conozco bien. Pues quien escribe estas líneas allí trabajó dos años. Pero sí les recomiendo muy bien a los señores morenistas, que piensen muy bien lo que están haciendo y el pleito que se están buscando.
No se trataría de un pleitillo electorero, como los que saben pelear en Morena. Pues la OEA los puede hacer la vida muy difícil, y este organismo los puede arrinconar o debilitarlos.
De hecho, la OEA no derroca o tira directamente a los gobiernos, sino que induce los golpes de Estado. Pero arman muy bien sus golpes, porque tienen mucha experiencia en hacerlo.
La OEA, la DEA y la oposición mexicana, así como buena parte de la opinión pública nacional, entre la cual se encuentra “su servidor”, tenemos sospechas de que existen vínculos del gobierno con el narcotráfico, el cual al parecer paga las campañas políticas de Morena.
Por ello, con los indicios que se cuentan, las autoridades deben investigar al partido Morena. Y si se les encuentran culpables, reciban la pena que indiquen las leyes.
Pero desde luego, quien de verdad puede investigar a Morena, son las autoridades estadounidenses. Pues en las autoridades mexicanas, nunca han servido para combatir al narco.
Los mexicanos lo que necesitamos es seguridad, con Morena o sin Morena, con transformación o sin transformación.
Ni ustedes los estadounidenses, ni nosotros los mexicanos, tenemos por qué creer en el gobierno de México.
El gobierno de los Estados Unidos, debe proteger a su juventud de los gobernantes latinoamericanos narcos. Acaban de encarcelar al expresidente de Honduras los estadounidenses. Una vez que deje la silla ¿van a investigar a AMLO y su partido?
Independientemente de si se prueba que AMLO y Morena son narcos o no lo son, lo cierto es que Morena le es funcional al narcotráfico. Por eso, Morena es un narco partido. O al menos, sin duda alguna “Morena es el partido del narco”.
Al cual van a apoyar, en las próximas elecciones.
Y eso va en contra de los intereses de los Estados Unidos. Por lo cual, es de esperarse una política de confrontación en el tema entre el gobierno estadounidense y el mexicano -si gana Claudia Sheinbaum.
No olvidemos que los yanquis ya atraparon al exsecretario de la Defensa, el General Cienfuegos, acusándolo de narco, cuando se le ocurrió ir “a Disneylandia”.
Nuestro consejo para AMLO: no vaya a Disneylandia.