Por. Rubén Cortés
Al jefe de la política interna del Edomex le acaban de ejecutar a su brazo derecho de cuando dirigía Aduanas, ha tenido que aumentar su número de escoltas, y trajo como asesor al jefe de la seguridad en Sinaloa, cuando estalló el Culiacanazo y tuvieron que liberar a Ovidio Guzmán.
Horacio Duarte no vive su mejor momento como secretario de Gobierno de Delfina Gómez: la disciplina interna del área a su cargo tampoco es la adecuada, pues se registran escándalos personales inéditos en una gobernanza como la mexiquense, tradicionalmente rígida y ajena a lo disoluto.
Dos semanas atrás, ejecutaron en Polanco a Carlos Narváez, quien fue el delfín de Duarte cuando éste fue Director Nacional de Aduanas: tanto así, que Duarte lo propuso para reemplazarlo, al momento en que fue encargado de la campaña de Delfina Gómez.
El asesinato de Narváez es vinculado en círculos policiacos con la ejecución anterior de Sergio Carmona “El Rey del Huachicol”, a quien la candidata opositora Xóchitl Gálvez vinculó con Morena, y dijo que aparece en una investigación en Estados Unidos.
Duarte incrementó el número de guardias de seguridad que lo custodian y trajo como asesor a Cristóbal Castañeda, un militar marcado por el peor desastre de seguridad nacional del actual gobierno federal: el Culiacanazo, situación que obligó al presidente a asumir la responsabilidad.
Tras el descalabro del Culiacanazo, Castañeda permaneció en el cargo hasta abril de 2023, pero reportes de inteligencia indican que no tuvo una buena percepción ciudadana, por su falta de respuesta ante situaciones críticas y negligencias operativas.
Correos hackeados por el colectivo Guacamaya Leaks indican que Castañeda simulaba flagrancias para justificar detenciones y fabricaba “denuncias ciudadanas” para “agilizarle” a la Fiscalía la integración de carpetas de investigación.
Como sea, Duarte ficha cada vez más personal procedente de Sinaloa, pues con Castañeda llegó Rodrigo Flores, el jefe de prensa del exgobernador priista Quirino Ordaz, quien nombró a Castañeda y, para colmo, estaba en Nueva York el día del Culiacanazo.
Y, a todas estas, el equipo de prensa del gobierno del Edomex pasa aceite para para contener a los reporteros y corresponsales que indagan acerca de los dispendios, el desorden y las libertades que se toma el secretario de Gobierno que, además, maneja el presupuesto, eh.
Nada bien hace Duarte a la gobernadora, dedicada a resolver, con su staff de seguridad pública, temas de inseguridad que dejó el gobierno de Alfredo del Mazo, quien estuvo más preocupado en conseguir una embajada que en gobernar.
Sin embargo, el secretario de Gobierno usa el escudo presidencial para sus asuntos locales. “Quienes desde adentro o afuera quieren cuestionar mi trabajo, en el fondo están cuestionando al presidente de la República”.
No más faltaba más.