Rubén Cortés.
Es un baile alrededor del fuego: necesitan recursos y proponen gravar las propinas a meseros, despachadores de gasolineras y lavadores callejeros de coches. Pero a Estados Unidos, que compra el 80% de lo que produce México, le declaran una guerra comercial de arancel por arancel.
El gobierno tiene un endeudamiento interno de un billón 990 mil millones de pesos; y un endeudamiento externo de 18 mil millones de dólares. Pero paga para liderar la primera expedición 100% latina al espacio. Si contar que ya le paga a Haití para que ponga un cohete en órbita.
Anuncian el primer satélite 100% mexicano, pero no hay omeprazol, vacunas ni atención médica para 50 millones de mexicanos que perdieron el Seguro Popular, porque el gobierno de López Obrador creó una Megafarmacia, la cual está tan vacía que tiene un tráiler para 50 andenes.
El Presupuesto para 2025 redujo 34% a la Secretaría de Salud, 8.7 de recursos al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, 13.8 al Instituto Nacional de Cancerología y 10 al Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Y la Megafarmacia, que planearon para terminar con el desabasto de medicamentos en el país, opera con sólo el 0.9% del total de medicamentos que puede almacenar: con base en el número de fármacos que tiene, sólo puede surtir uno de cada 100 fármacos solicitados.
Ante esta mezcla de propaganda barata y falta de dinero, el régimen está montando el circo antes que acabe el pan: el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, adelantó que México “le ganará la batalla a Donald Trump”, en relación con los aranceles del 25% a lo hecho en México.
“Arancel por arancel”, responde la presidenta Sheinbaum. Una afirmación que alarmó hasta al órgano oficioso del gobierno. La Jornada, canal de ida y vuelta entre las muchas facciones del gobierno, publicó en su editorial:
Mucho cuidado con el tono, chula, recomendaría Don Lázaro. No se trata precisamente de una personalidad sensata.
Lo que continúa está en el librito de La Habana que sigue la 4T al pie de la letra, sin improvisación alguna: mostrarles el coco del enemigo externo a los 35 millones de mexicanos que reciben transferencias en efectivo a través de becas y programas sociales.
Esa muchedumbre será sacada a las calles cuando falte el dinero para pagarles los 11 mil pesos por familia que reciben del gobierno, según la más reciente encuesta del INEGI: les dirán que no les pagan porque Trump les quitó la lana.
Pero no bastan multitudes y discursos: para un movimiento nacionalista así necesitarán también instituciones sólidas, pero las instituciones están canceladas. Lo tendrán que hacer con un país debilitado: sin dinero. Y sin unidad nacional, porque la rompieron.
Muy difícil.
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