Por. Rubén Cortés
Al más puro estilo de López Obrador: “Si van a quebrar, que quiebren”. Así va contra los empresarios hoteleros la alcaldesa de Acapulco, Abelina López: “Hoteles que no estén funcionando, hay que embargarlos”. Son hoteles dañados por los huracanes.
Nada de buscar soluciones, gestionar apoyos para quienes en el pasado hicieron funcionar el balneario antes de que los huracanes Otis y John arrasaran sus propiedades. Al contrario, la solución es el clásico grito chavista de “exprópiese”.
Es la respuesta de la edil a quienes colaboran en reflotar el puerto: fue la empresa privada la que durante el puente de noviembre organizó el concierto de Luis Miguel, llenó de luces el litoral con decenas de bodas y el retorno de los bañistas capitalinos.
Y el retorno de los vuelos de la WestJet, Air Canada, Alaska Airlines, procedentes de Montreal, Toronto, Vancouver, Calgary, Los Ángeles, Houston, Chicago, San Francisco. Además, torneos deportivos que provocaron una notable derrama económica.
Todos son logros de la empresa privada, a pesar de la violencia que se registra en Acapulco, y ante la cual Abelina López tiene una respuesta antológica: “La calor es factor para la violencia, y si comen más carbohidratos, se aceleran”.
Sin embargo, para los empresarios la respuesta es embargarles las propiedades, aunque fueron destruidas por la naturaleza: “Vamos a buscar una herramienta para embargar los hoteles, porque Acapulco no es chatarra”.
No valora los recursos que le generan a la alcaldía. Sólo en noviembre y diciembre, se efectuaron en Acapulco congresos de ginecología y obstetricia, de tanatología, ciencias farmacéuticas, médicos veterinarios y hasta Internacionales de cirugía general.
Y deportivos, como el Papagayo Bike Marathon, L’Étape Acapulco Tour de France, Tour del Sol, México Major Premier Padel. Los empresarios apuestan por Acapulco, aunque la alcaldesa dice no poder contra la inseguridad porque “me rebasa y yo no soy fiscal”.
Sí: es una mala idea en toda la línea la idea de la alcaldesa de embargar a los empresarios hoteleros que todavía no encuentran la manera individual, ni el apoyo de las autoridades, para rehacer sus negocios, destruidos por las fuerzas de la naturaleza.
Además, choca contra la postura que manifestó la gobernadora Evelyn Salgado el viernes, acerca de “fortalecer las acciones de acompañamiento y proximidad social hacia las empresas trasnacionales que operan en Acapulco”.
Y contra los reiterados operativos de seguridad estatal en el puerto para apoyar al turismo: mil 397 policías, 325 patrullas, tres helicópteros, una brigada canina, embarcaciones y alta tecnología para vigilar terminales, mercados, carreteras y playas.
Al mencionar la frase “embargar a los empresarios”, la alcaldesa de Acapulco perdió una buena oportunidad de quedarse callada. Mejor, debería buscar la manera de gestionar apoyos para quienes generan empleos.
Sumar, y no restar.