¡Las amenazas de los paramédicos en México!

Por. Raúl Flores Martínez

X: @SoyRaulFlores

 

Desde hace más de una década, la violencia en México ha alcanzado a quienes tienen la misión de salvar vidas.

No es nuevo que los paramédicos de la Cruz Roja y voluntarios sean blanco de amenazas y ataques por parte del crimen organizado.

Este fenómeno comenzó en 2008 en Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando la organización criminal “La Línea”, brazo armado del Cártel de Juárez, prohibió a los socorristas atender a heridos de bala.

A través de sus radiofrecuencias, los delincuentes advertían que cualquier paramédico que brindara auxilio a un baleado sería ejecutado. A la par de estas amenazas, sicarios irrumpían en hospitales públicos y privados para “rematar” a sus víctimas, impidiendo que recibieran atención médica.

Lejos de ser un problema del pasado, las agresiones contra paramédicos siguen vigentes. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan que, entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de enero de 2025, al menos 17 socorristas han sido asesinados y otros 15 han resultado heridos mientras cumplían con su labor.

Los ataques no se limitan a amenazas verbales: en diversas ocasiones, ambulancias han sido interceptadas por grupos criminales, obligando a los paramédicos a entregar a los heridos o, en el peor de los casos, asesinándolos en el lugar.

Si bien Ciudad Juárez fue la primera en experimentar esta problemática, la violencia contra rescatistas se ha extendido a otros estados como Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas y Zacatecas, donde la presencia del crimen organizado es fuerte. En muchas comunidades, los paramédicos trabajan con miedo, conscientes de que en cualquier momento pueden ser blanco de un ataque.

A pesar de la gravedad del problema, las autoridades han sido incapaces de brindarles protección efectiva. En algunos casos, los paramédicos han optado por suspender sus servicios en ciertas zonas o trabajar con escoltas, lo que dificulta aún más su labor.

El hecho de que los criminales consideren a los paramédicos como enemigos evidencia el nivel de deshumanización al que ha llegado la violencia en México. El miedo a represalias ha llevado a que, en algunos casos, los heridos no reciban atención o tengan que ser trasladados de manera clandestina.

Mientras la violencia persista y las autoridades no tomen medidas concretas, los paramédicos seguirán arriesgando su vida no solo para salvar a otros, sino también para sobrevivir en un país donde la ayuda humanitaria se ha convertido en un peligro mortal.

 

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