Ah-Muán Iruegas.
La incompetencia mostrada por el gobierno federal para lidiar con la epidemia del Covid-19, así como la falta de equipo adecuado para que el personal del sector salud atienda la enfermedad, justifica la necesidad de un movimiento de médicos, enfermeras, camilleros, administrativos y en general todos los trabajadores de la salud.
Han sido visibles las manifestaciones espontáneas de grupos de enfermeras y de los distintos grupos de médicos y áreas afines, que en plena epidemia, han protestado por la falta de equipo adecuado para atender la tristemente celebre pandemia viral.
Es imperdonable que, habiendo las autoridades gubernamentales tenido casi dos meses para prepararse ante la epidemia, no lo hicieran. Lo cual implica responsabilidad de los servidores públicos encargados del tema, a nivel secretario, subsecretario y del propio presidente de la República.
El señor presidente mostró una indolencia tal ante el Covid-19, que contradecía las admoniciones del subsecretario López-Gatell. Llegó incluso a recomendar amuletos para combatir el virus (estampas religiosas), así como conminaba a la población a abrazarse, cuando es bien sabido la inconveniencia de hacerlo.
Como resultado de lo anterior, el sistema hospitalario mexicano parece estar siendo rebasado por la epidemia del Covid-19.
Se ha atentando en contra del derecho a la vida de los médicos, enfermeras y demás trabajadores del sector salud, al no proveerles de los instrumentos y equipo necesarios para atender adecuadamente a los enfermos, lo cual ha redundado en su contagio del multicitado virus.
Ha habido ya brotes epidémicos en varios hospitales mexicanos, al parecer sobre todo del sector público y debidos a la falta de previsión gubernamental en la administración de la atención a la pandemia.
Al mismo tiempo, se ha reportado que el joven Bartlett, hijo del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett -uno de los protegidos del señor presidente López Obrador- ha aprovechado la situación para lucrar con la epidemia, al vender a sobreprecio equipo médico, incluyendo ventiladores para la atención de enfermos de Covid-19.
En el plano de la propaganda gubernamental, se ha minimizado el problema y al parecer se han reportado datos inexactos, sin que pueda hablarse necesariamente de engaños a la población, pero sí de omisiones -por ejemplo, escasez de pruebas diagnósticas- que pueden redundar en una subestimación de los casos de personas infectadas.
Las omisiones del gobierno federal, podrían incluso resultar en responsabilidades de tipo administrativo o penal. Además de violaciones flagrantes a los derechos humanos y laborales de los trabajadores del área médica en México.
Ante esta problemática, es indispensable que la comunidad del sector salud se movilice en defensa de sus derechos humanos, ante todo la defensa de su derecho a la vida…
El problema es que es imposible una movilización tradicional como marchas, manifestaciones o aglomeraciones de ningún tipo, pues esto implica riesgos innecesarios a la comunidad del sector salud, que de por sí está ya en grave riesgo de contagio.
Las redes sociales sin embargo, parecieran ofrecer una alternativa para no buscar aglomeraciones en la búsqueda de los nobles fines de… defender sus propias vidas, por parte de los camilleros, enfermeras, médicos y trabajadores afines.
Es necesaria la protesta, pero no es conveniente tal protesta en medio de la aglomeración o de la masa. Por ende, pudiera considerarse el paro coordinado de todos los trabajadores del sector salud, a ciertas horas, para exigir el equipo médico adecuado para la situación actual.
Incluso la llamada “Revolución del Facebook”, en Egipto, usó dicha red social para coordinar sus acciones. Los médicos y enfermeras mexicanos pueden tomar ese ejemplo, que sirvió nada menos que para acabar con un régimen autoritario en esa nación.
Por lo anterior, debe considerarse como una alternativa ante la inacción y omisiones del Secretario de Salud, las torpezas del señor presidente de la República y de “otras autoridades”, la siguiente exigencia:
Los trabajadores del sector salud no pueden continuar desempeñando sus funciones, sin el equipamiento adecuado. Por ende, se van a realizar paros escalonados en los diversos hospitales, en las áreas en donde la situación de la emergencia lo permita.
Desde luego que no es admisible dejar de atender a enfermos graves, ni cosa parecida. Pero sí es recomendable realizar paros de labores en áreas no estratégicas de los hospitales y de la Secretaría de Salud. La definición de dichas áreas no estratégicas no puede corresponder más que a los médicos y el resto de los trabajadores involucrados en la atención a los pacientes.
Asimismo, puede redactarse un pliego petitorio al gobierno, con objeto de asegurar un compromiso gubernamental para la dotación de equipo para el área médica, a la enfermeras, trabajadores administrativos, choferes de ambulancias en incluso a los guardias que cumplen su deber sin el equipamiento adecuado.
El movimiento médico mexicano de 1964, es desde luego un referente sobre cómo tratar con un gobierno autoritario, como lo es el gobierno federal mexicano de hoy.
Sin embargo, no es recomendable asignar a los sindicatos existentes esa necesaria tarea, sino que es necesaria la participación activa de todos los trabajadores del sector salud, estén o no sindicalizados. Los sindicatos han sido incapaces de controlar la corrupción en el sector, y es esperable que continúen en el mismo tenor en esta ocasión.
De no atenderse la problemática del equipamiento del área médica, se corre el riesgo incluso de que la pandemia se contagie de los trabajadores del sector salud, hacia sus propias familias. Y de allí, al resto de la población.
Es por ello que conminamos a los trabajadores del área de la salud, a que consideren la conveniencia de organizarse por redes sociales para organizar paros o presionar de diversos modos a las autoridades, y obligarles así a proporcionar a los médicos, enfermeras, administrativos, guardias, camilleros y cualesquiera otro trabajador involucrado en la atención al Covid-19, el equipo necesario para la realización de sus labores del modo más seguro posible.
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